La pandemia cambió muchas cosas al rededor del mundo, y algunas de ellas,  para siempre. Ademas de ocuparnos cada vez mas del higiene, del lavado de manos y de la salud, nuestras rutinas tendrán que adaptarse a otras novedades. El teletrabajo se acentuó durante la pandemia y pareciera quedarse.

El teletrabajo puede tener sus beneficios pero también tiene su parte negativa. Esta forma de trabajar nos promueve el sedentarismo, menor comunicación y grandes cambios de hábitos. Una plataforma de búsqueda de empleo británica creó a ‘Susan‘ para llamar la atención sobre los cambios en nuestro organismo por la falta de actividad física y comunicación.

“Susan” se creó en colaboración con psicólogos clínicos y expertos en ‘fitness’ para “determinar los efectos que el trabajo remoto tiene tanto en nuestra salud física como mental“. Como consecuencia prolongada de teletrabajo, el hombre puede sufrir fatiga visual digital, mala postura, hematomas, síndrome de cuello de texto y obesidad, entre otras cosas.

Ademas, la falta de Vitamina D podría provocar cambios y problemas en la piel y caída de cabello. Si continuamos así, habría menos comunicación entre las personas y la actividad física estaría en problemas. Todos estos conflictos provocan estrés y es difícil sobreponerse con este tipo de rutinas.

Por eso los expertos exigen mantener una rutina constante, seguir en contacto con compañeros de trabajo y colaborar con ellos, hacer deporte al aire libre, encontrar un equilibrio entre trabajo y descanso y distinguir el espacio en concordancia con el tipo de actividad. Ademas, recomiendan usar sabiamente el tiempo libre con actividades constructivas.

l.g