El 6 de agosto se cumplieron 21 años de la renuncia de Carlos Chacho Álvarez a la vicepresidencia de la Nación. Fue una de las crisis internas más fuertes que atravesó un gobierno nacional desde el regreso a la democracia en medio del escándalo por los sobornos en el Senado. Otra turbulencia puertas adentro fue el voto “no positivo” de Julio Cobos durante el gobierno de Cristina Kirchner.

Varios son los antecedentes de terremotos internos de los gobiernos nacionales tras una derrota electoral, o bien tras escándalos judiciales como el de  los sobornos a senadores peronistas y de la Alianza en el año 2000 que decantó en la renuncia de Chacho Álvarez ante lo que señaló como “las malas decisiones” del presidente Fernando De la Rúa por no actuar con mayor dureza contra la corrupción.

Ayer, el presidente Alberto Fernández se vio envuelto en una inusitada crisis por la masiva presentación de renuncias de su gabinete. Algunos, lo más cercanos, lo habían hecho de formal oral desde el día después de las PASO.

Sin embargo, las alarmas saltaron con las misivas que se hicieron públicas de funcionarios cercanos a Cristina Kirchner. Lo hicieron por escrito y esto reavivó los rumores de interna en el Frente de Todos. Empujó al presidente, además, a pasar una jornada evaluando si aceptaba o no los cambios.

Para algunos analistas políticos y dirigentes, como el caso de Elisa Carrió, se trató de “un golpe al Palacio”. Para el exjefe de Gabinete Aníbal Fernández, quien ayer estuvo en Casa Rosada,  “no hay crisis política” y fue un  “buen gesto” la disponibilidad de la renuncia.

Sin embargo, los pedidos de renuncia de medio gabinete no tendría precedente en la Casa Rosada. Ni siquiera fue el caso de Mauricio Macri, quien tras la derrota en las PASO de 2019 cambió de ministro de Hacienda y achicó las carteras nacionales, entre ellos el de Salud.

Entonces, si bien se vivieron horas de turbulencias, mantuvo a su equipo y realizó una suerte de volantazo de su política económica.

Sí hubo antecedentes a nivel provincial. En 2011, el kirchnerismo le pegó un portazo al entonces gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, prácticamente vaciando su gabinete. Este había promovido una serie de proyectos que se consideraron antipopulares, especialmente el que proponía la reforma del sistema previsional. Esto conllevó a renuncias masivas.