Este sábado 31 de octubre y el domingo 1 de noviembre tendrán lugar dos celebraciones populares pero en forma separada, ángeles por un lado y demonios por el otro.



Halloween y Ángeles Somos, ocasiones en las que se rinde culto a los muertos, tienen raíces disímiles. Por estos días, los comercios del centro exhiben en sus vidrieras calabazas, arañas, brujas, serpentinas, máscaras de personajes siniestros, de terror, cuchillos y espadas ensangrentadas de juguete, entre otros accesorios con los colores tradicionales de la festividad anglosajona, que son el negro de la noche y el naranja de las primeras luces del día.



En cambio, no se ven túnicas ni alitas blancas. En Corrientes, vestir a los niños de ?ángeles? era una tradición muy arraigada que se reeditaba cada 1 de noviembre, sin embargo la transculturación insertó la otra celebración. ?Existe una marcada diferencia entre ambas celebraciones.



Una busca lo bueno, la otra lo malo?, comentó el antropólogo José Humberto Miceli. Explicó que Ángeles Somos homenajea a los difuntos, es una celebración para recordar a los finados, es decir aquellos cuyas vidas han llegado a su fin. Es un momento de recuerdo, de revalorización, de homenaje.



La conmemoración es conocida también como Ángeles Somos, y está dividida en dos partes. El primero está destinado a recordar a bebés y niños que fallecieron y al día siguiente, que es 2 de noviembre, el día de los muertos, se recuerda a los adultos. ?Se los conmemora para que intercedan por un deseo bueno.



Las familias rezan, acuden a los cementerios para recordarlos. Son espíritus buenos, protectores de sus familias?, dijo el antropólogo en referencia a Ángeles Somos.



En cambio, describió a Halloween como una celebración ?de aquelarre?. ?Viene de las costumbres celtas. Acá se invoca a lo espectral y lo maligno, una fiesta basada en el miedo, la muerte, y los monstruos?, dijo. Se cuenta que ese día -31 de octubre-, se suponía que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para manifestarse, pedir alimentos y maldecir.



Estos espíritus, que en realidad son inmundos y no de los muertos, les hacían víctimas de conjuros si no accedían a sus peticiones: ?Me das algo o te hago una maldad?, que es la interpretación de ?Trick or Treat? (Truco o Trato), que todavía se usa en la celebración, pero ahora se pide golosinas. También los ?angelitos? piden dulces, pero a cambio de bendiciones. Miceli consideró que la influencia de otras culturas y su inserción se debe a los ?vacíos? que se generan y en la falta de revalorización y promoción de lo nuestro. ?Donde hay un hueco, lo de afuera se instala?, señaló.



Desde hace unos años, volvió a fomentarse la celebración de Ángeles Somos en la ciudad. En algunos lugares del interior nunca pasó desapercibidas.



L.G