El verano es la estación esperada por la mayoría. Las vacaciones, la etapa de descanso y de desenchufe de un año agobiante trae consigo las ansias de disfrutar la naturaleza a pleno, al aire libre y es allí cuando los cuerpos aparecen tal cual son. Caen las vestiduras y nuestras partes corporales que estuvieron cubiertas durante tanto tiempo se exponen ante la mirada de los otros. Es la época del lucimiento, pero también de los complejos y de las limitaciones impuestas por ciertos problemas estéticos no deseados. Entre ellos está la celulitis, la molesta compañera de muchas mujeres. Se estima que un 90% la padecen en mayor o menor grado. Aunque de manera menos frecuente, también se presenta en hombres.

Si bien se manifiesta hacia la madurez, no son pocas las adolescentes que a edad temprana comienzan a experimentar los “pocitos” en su piel. No es común encontrarse con su nombre técnico de Edematose fibrosclerótica panniculopatía. Es, a secas, la “celulitis”, depósitos de grasa subcutánea, que forman hoyos en la piel, frecuentemente en los glúteos, los muslos, la parte posterior de las piernas, las caderas y el abdomen. Esos son algunos de los sitios de atracción para las mujeres y justamente allí tiene su campo la celulitis.

No sólo las personas excedidas de peso la padecen. Mujeres delgadas también experimentan la famosa “piel de naranja”.

Sin lugar a dudas, y se repitió infinitas veces, una alimentación inadecuada, el sedentarismo y aportes de toxinas como el cigarrillo, son factores primordiales para la aparición de celulitis, este desorden de los tejidos conjuntivos que produce acumulación de grasa, toxinas y retención de líquidos. Ciertas etapas de la vida femenina como el embarazo o los tratamientos anticonceptivos orales serían también claves en su aparición.

Como si fuera poco el problema en sí, existen distintas clasificaciones: celulitis generalizada, celulitis localizada, celulitis dura, celulitis fláccida y celulitis edematosa.

En cuanto a los tratamientos tradicionales la lista es larga: hidromasajes, hidroterapia, terapia termal, ozonoterapia, logoterapia, inyecciones de dióxido de carbono, ultrasonido, mesoterapia, liposucción, electroliposis…Hay  un sinfín de tratamientos. Algunos cuentan con mayor fama que otros, pero no todos se adaptan a cada caso de celulitis.

Cada organismo es único y los tratamientos difieren en la respuesta  a las diferentes terapias. Con el correr de los años y las experiencias que van recogiendo los especialistas, los tratamientos se fueron transformando en  menos invasivos y más veloces.

Una nueva corriente basada en las últimas tecnologías es la Celulitis High Tech. Las posibilidades de la vertiginosa evolución en este terreno fueron aplicadas en los últimos tiempos como en la medicina en general, al combate de la celulitis. Describiremos los más destacados por sus resultados y practicidad.

Para alisar y tensar los tejidos

La tecnología más innovadora para casos de celulitis y flaccidez es la Radiofrecuencia Tripolar, especialmente recomendada para celulitis rebeldes, posparto y los cambios bruscos de peso. Sus resultados también son notables en el tratamiento de las estrías, efectos colaterales habituales en esos casos.

Produce un calentamiento reverso en las capas más profundas de la piel y del tejido adiposo. Tiene doble efecto: activa la lipólisis en el interior de las células grasas y a la vez amplifica la producción de colágeno.

La Radiofrecuencia Tripolar sólo requiere de una sesión semanal de 30 a 45 minutos en celulitis y flaccidez de piernas, glúteos, brazos, espalda y abdomen.

Celulitis con sobrepeso

Otro tratamiento que irrumpió en el combate de este flagelo estético es el Láser TriActive. Se trata de un láser regenerativo combate la flaccidez de los tejidos. Elimina la retención de líquidos y grasa. Destruye los adipocitos, liberando la grasa contenida en su interior.

Requiere de dos sesiones semanales de sólo 30 minutos.

Eliminar las grasas localizadas sin cirugía

El mejoramiento del aspecto corporal es una necesidad para hombres y mujeres de hoy, siempre que se realice en forma segura y natural. Dentro de este concepto encontramos la láser lipólisis con Láser Frío. Se trata de una Lipoescultura láser no quirúrgica para eliminar las grasas localizadas.

A través del láser frío se logró el fenómeno físico llamado Fotobiomodulación, que elimina las adiposidades localizadas. Son emisiones pulsátiles de láser frío multifocal de baja intensidad. Se combina con dieta alta en proteínas y baja en hidratos de carbono y actividad física. Son sesiones de 20 minutos, con resultados visibles desde la primera aplicación. En cada aplicación se puede disminuir el contorno corporal de 1,5  a 3 centímetros.

Contra los sitios molestos del cuerpo

Entre los nuevos y eficaces métodos sin cirugía debemos mencionar el CO2 Lipo. Un tratamiento especial para las zonas más rebeldes que no responden a las dietas ni al ejercicio. Son micro inyecciones de CO2 (dióxido de carbono) de muy rápido resultado porque en dos a cuatro sesiones remueve adiposidades localizadas  altamente resistentes. Es un arma poderosa contra el llamado “pantalón de montar” y “flotadores”. Se introduce en la adiposidad un volumen conocido de CO2 provocando la ruptura de la membrana celular del adipocito y la eliminación natural de su contenido oleoso.

También está probada su eficacia en rodillas, rollito del corpiño y aductores (entrepierna).

Para reducir centímetros y tonificar

Los nuevos electroestimuladores emiten impulsos multidireccionales en diferentes frecuencias obteniendo resultados homogéneos y más rápidos. La electroestimulación muscular reafirma en forma notable la estructura corporal.

Además, la Biomesoterapia: Mesoterapia biológica y Ortomolecular es un tratamiento médico consistente en la restitución por vía subcutánea de activos biocompatibles: ADN, placenta, tejidos embrionarios, peptonas, lisados, minerales y polinucleotidos.

Dieta y cambio de hábitos

Independientemente del tratamiento que se elija en el deseo de eliminar celulitis y adiposidades, son comunes a cualquiera de estos una adecuada nutrición e hidratación.

Tomar agua en abundancia ayuda, como también las comidas basadas en vegetales, proteínas y pobres en grasas, en especial las saturadas. Ciertas frutas como las frutillas, poseerían especiales propiedades para morigerar los efectos de la celulitis.

También se deben modificar los hábitos poco saludables: fast food, cigarrillo, alcohol que, junto a la práctica regular de actividad física de bajo impacto, son medidas importantes para lograr el éxito.

En este sentido, la práctica de ejercicios enfocados en las partes afectadas por la celulitis suelen ser los más recomendados. Se trata de movimientos localizados, para recuperar el tono muscular, activar la circulación y quemar grasas. Claro está que la actividad física por sí sola, sin el cambio de hábitos en la alimentación no conducirá a los resultados deseados. La consulta con un nutricionista y la búsqueda adecuada de un entrenamiento dirigido por profesionales seguramente llevará al éxito en esta batalla que no está perdida