Nadie podía imaginar hace doce meses, cuando se celebraba el medio siglo de la reina Letizia a bombo y platillo, que su 51 cumpleaños podría superar la indeleble marca de la cifra redonda de los 50. El volantazo que la monarca ha dado a su imagen en este 2023 envía al archivo las dos biografías que se publicaron el año pasado, ambas con vocación de desvelar la realidad de la reina. En solo un año, casi todo ha cambiado.

De lo que permanece, elijamos lo fundamental. Un matrimonio consolidado en el que el rey puede irse de viaje de esquí con sus amigos mientras la reina se queda, tranquilamente, en Zarzuela. También la imparable maquinaria de Casa Real, siempre cauta a la hora de dar acceso a los monarcas, ha seguido funcionando así, aunque en 2023 se colara un Mundial de fútbol más que accidentado y una visita no autorizada de Iñaki Urdangarin al famoso chalet de Baqueira. Pero algunas cosas sí que han virado, y mucho.

Letizia mejora su comunicación: naturalidad y selfies

¿Tenemos por fin una reina que se siente tan cómoda en su piel como en su puesto? A tenor de los notorios cambios en la comunicación que hemos advertido en el curso 2022-2023, esa podría ser la conclusión. De hecho, seguro que ha echado mano de su autoridad para hacer circular por los canales de Casa Real un material que jamás creímos recibir de la familia real: selfies.

A lo largo de los años, Letizia ha posado incansablemente junto a fans que no paran de pedirle fotos desde las barreras o a pesar de las mismas. Este año, incluso posó con el equipo de waterpolo femenino Real Canoe. Pero, además, distribuyó un selfie tomado por ella misma de toda la familia, durante la graduación de la princesa Leonor en el UWC Atlantic College de Gales. Fue, de largo, la mejor foto de aquel día.

Tras esta sorpresa fechada en mayo, no hemos dejado de notar la creciente naturalidad con la que se ha conducido la reina, sobre todo a lo largo del verano. Aunque Letizia siempre ha sido de lo más solícita con sus fans, ahora la vemos más suelta, relajada y sonriente que nunca. Ha pasado de cierto encorsetamiento (hasta su proclamación) a una actitud más empoderada y, ahora, está realmente a sus anchas.

La nostalgia de la reina Letizia por su profesión

Un mes antes, Letizia cogió a todo el mundo por sorpresa. La monarca ha aprovechado cada ocasión a su alcance para subrayar su vocación de periodista. Sin embargo, su felicitación a Informe Semanal por sus 50 años de vida, probablemente el programa de televisión periodístico por excelencia, fue todo un acierto. La reina ejerció de presentadora sustituta del formato en el verano del año 2000.

Gracias a un breve vídeo, pudimos comprobar que la reina no ha perdido ni un ápice de su talento como presentadora de televisión. «Pasé de puntillas y con la ilusión de poder ver de cerca aquella redacción, que siempre fue el sueño de los estudiantes de Ciencias de la Información, todos queríamos ser reporteros de 'Informe semanal'», dijo a los sorprendidos televidentes.

Letizia se reconcilia con Marie-Chantal Miller

Sin embargo, la mayor sorpresa de este 2023 se produjo en enero, un día antes del funeral del rey Constantino de Grecia, celebrado en Atenas. Hasta allí se desplazó la familia real española para acompañar a la reina María y a sus hijos. Y, efectivamente, volvieron a saltar las alarmas por el encuentro entre la reina Letizia y Marie-Chantal Miller, disgustadas desde el famoso rifirrafe de la catedral de Palma en 2018

Contra todo pronóstico, en vez de contemplar cierta distancia o frialdad entre ellas, las vimos cogidas del brazo, riendo amigablemente, como si fueran amigas de toda la vida. Más aún: el gesto era decididamente cariñoso. La reina puso así fin a una enemistad probablemente más mediática que sustancial, aunque seguro que fue bastante molesta para el rey Felipe y Pablo de Grecia, buenos amigos desde la infancia.

La reina conquista Palma y, definitivamente, Marivent

En 2023 confirmamos que quedan definitivamente atrás aquellos años en los que Letizia paseaba por Palma de Mallorca cohibida o, más recientemente, esos posados familiares en los que aparecía tensa o incluso incómoda. Evidentemente, la reina ha tenido dificultades para encajar en Marivent, el territorio de la reina Sofía. Allí, la monarca emérita lleva las riendas. O, más bien, las llevaba.

Este verano, Letizia culminó su campaña de conquista de Marivent, algo que como vimos redundó en su relación con la reina emérita, mucho más natural y evidentemente cariñosa. La reina neutralizó la reunión de nietos que su suegra llevaba semanas promoviendo y, de hecho, ni los Urdangarin ni los Borbón acudieron a Palma mientras la familia real estuvo allí.

Además, la reina Letizia se hizo con el control total de la agenda oficial en la isla, de la que oportunamente se cayó el paseo por los mercadillos que se orquestaba cada año para fotografiar a abuela y nietas juntas. La monarca prefiere que sus hijas aparezcan en fotografías con más contenido y cambió las compras por una visita a una granja escuela. Gran idea.

Madre antes que reina: Letizia se despide de sus hijas

Pocas veces hemos visto a Letizia tan emocionada como en estos últimos doce meses y ha sido invariablemente por causa de sus hijas. No solo fue la evidente alegría de los reyes en la graduación de la princesa Leonor. También vimos a una reina henchida de felicidad en la confirmación de Sofía o a la salida del cine de Palma donde toda la familia vio 'Barbie'. Recordemos: Letizia movió hilos para que su hija pequeña conociera a Chris Hemsworth, aprovechando su paso por 'El Hormiguero'.

La monarca ha querido aprovechar cada minuto con sus hijas, como si no pudiera quitarse de la cabeza que Sofía partiría a Gales, al mismo internado en el que ya estuvo Leonor, y esta ingresaría en la Academia Militar General de Zaragoza. La despedida de su hija mayor fue realmente emotiva, con un abrazo largo y sentido en el que madre e hija dejaron clara la significación de aquel momento. Probablemente, Letizia sabía del sacrificio y la inquietud que llevaba en el cuerpo su hija.