¿Acaso el descenso real de los salarios no se refleja en las estadísticas que maneja el FMI? ¿Es que no son ya bajos nuestros sueldos?



Es cierto que, en el período anterior a la crisis, los costes unitarios laborales subieron en España un 33%, mientras que en Alemania, por ejemplo, no se movieron.



Pero los porcentajes pueden llamar a engaño y donde mejor podemos comprobar si nuestros sueldos han descendido ya o no en comparación con los alemanes en los casos concretos. Y para ello debemos acudir a los Job Center, lo que serían en Alemania las oficinas del antiguo Inem y que, en un país donde no hay legislado salario mínimo, es donde se cuecen los denominados 'salarios bajos', en las negociaciones directas entre empresas y parados.



Una agencia de viajes del barrio berlinés de Reinickendorf ofrecía la semana pasada un puesto de secretaria a tiempo completo con una remuneración de entre 700 y 800 euros mensuales.



Olaf Möller, el presidente de la Agencia Regional de Trabajo, que hace de conector e intermediario público entre la oferta y la demanda, consideró semejante oferta "ofensiva e inmoral" y ordenó retirarla del sistema informático, aunque para entonces el Job Center había enviado ya cartas a una docena de parados sugiriendo que se presentasen a la convocatoria de la plaza, uno de esos consejos que, en caso de ser desoídos, le puede costar a uno la prestación del paro en Alemania.



Este caso ilustra la línea roja que los alemanes no parecen estar dispuestos a cruzar en cuestión de salarios bajos y también el nivel salarial que Alemania ha mantenido inamovible en los últimos 10 ó 15 años.



La Federación Alemana de Sindicatos sitúa la línea roja que no debe ser socialmente aceptada en dos tercios del salario medio en el sector, que en el caso de una secretaria de agencia de viajes ronda los 1.500 euros mensuales, un cálculo que la Administración alemana acepta a través de los Job Center para evitar que la creación de empleo termine siendo un obstáculo al consumo y que el Estado deba ocuparse de completar vía política social los ingresos a demasiados trabajadores de salarios bajos.



Pero no hay legislación al respecto y los datos reales señalan que la media de un empleado de comercio en Berlín está en 1,67 euros la hora, 1,70 para el personal al frente de un puesto de comida rápida y no llega a 2 euros para los trabajadores de una centralita telefónica.



Cualificados



A medida que aumenta la cualificación, lo hace también este dato medio. Los trabajadores cualificados de los sectores farmacéutico, financiero, aeronáutico, automovilístico o médico ganan entre 40.000 y 45.000 euros al año. En medios y tecnologías de la comunicación, así como en construcción y turismo, la media está en 35.000 anuales.



Según la consultora PayScale, mensualmente, un piloto gana en Alemania de media 12.208 euros, un profesor 4.902, un informático 2.915, un minero 2.587, un carpintero 2.498, una enfermera 2.468, un fisioterapeuta 2.395, un mecánico 1.988, una costurera 1.571 y un camarero 1.185. A todo ello hay que restar alrededor del 25-30% de impuestos.



Sueldos bajos



Según la Agencia Federal de Empleo, casi 1,3 millones de trabajadores alemanes a jornada completa no llegan al mínimo de ingresos de 850 euros netos mensuales, por lo que entran en el programa de ayudas sociales denominado "Hartz IV". Y la cifra de minijobs, trabajos a tiempo parcial de máximo 4 horas diarias y máximo 400 euros netos mensuales, rondan los 7 millones.



El número de trabajadores que perciben menos de 8 euros por hora ha aumentado en los últimos años un 33%, lo que sugiere que la competitividad laboral alemana no está basada tanto en una bajada generalizada de todos los salarios, sino en el aumento de trabajadores, siempre en la franja de menor cualificación, que han pasado de tener sueldos medios a sueldos bajos.