La policía de Río de Janeiro reprimió con gases lacrimógenos a manifestantes que protestaban contra el gobernador Sergio Cabral, luego de la salida del papa Francisco del Palacio de Guanabara, sede del gobierno local.

Según la policía de Río de Janeiro, los manifestantes también quemaron un muñeco que simbolizaba al gobernador Cabral, de quien piden la renuncia.



Por otra parte, unas 2.000 personas se reunieron frente al estadio de fútbol de Laranjeiras para defender los derechos de los homosexuales, informó la agencia EFE.



Este acto, coordinado por las redes sociales, comenzó en la plaza Largo do Machado, con representantes del movimiento LGBT (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, travestis y transexuales), que realizaron una protesta en las escalinatas de la iglesia Nuestra Señora de la Gloria.



Allí organizaron "un besazo gay", entre homosexuales, y algunas mujeres dejaron sus pechos al aire como forma de protesta, lo que molestó a peregrinos que estaban en el lugar, aunque no hubo enfrentamientos.



El grupo avanzó hacia el Palacio de Guanabara, pero fue detenido por un bloqueo de la policía.