Louis Kearns, un pendex inglés de apenas 11 años de edad, tuvo la oportunidad de entremezclarse, como uno más, entre sus ídolos del Chelsea durante la coronación de campeón de la Liga Europa.  Su audacia fue tal que, incluso, logró estrecharle la mano a un atónito Michel Platini, presidente de la UEFA.



Todo ocurrió al finalizar el encuentro entre Chelsea y Benfica, en el que triunfó el equipo inglés por 2 a 1 y obtuvo el título de campeón en el estadio Amsterdam Arena. Ni bien terminó el partido, el pícaro Louis se liberó del cuidado de su padre, subió las gradas y se mandó entre los jugadores en el momento preciso que iban a recibir el trofeo. A nadie se le ocurrió detenerlo o apartarlo puesto que pensaron que era el hijo de alguno de los jugadores. Cuando se dieron cuenta ya era tarde y el pibe había sido visto por millones de personas transformándose en un simpático célebre fan envidiado por otros entusiastas del fútbol.



L.G