Moreyra tiene 27 años y es madre de tres niñas. El fin de semana fue testigo de un hecho aberrante que nunca imaginó presenciar. Al entrar a su casa halló a su pareja abusando de una de sus hijas. La menor tiene 10 años y desde hace tiempo vivía esa pesadilla que finalmente llegó a su fin. El depravado de 31 años fue detenido.



La mujer que hoy tiene que hacer frente a esta difícil situación decidió contar su experiencia. En declaraciones realizadas al portal informativo Agencia Curuzú, recordó que el pasado sábado en horas de la tarde regresó a su hogar luego de hacer algunas compras en un comercio. “Entro a mi domicilio y dejo mi moto estacionada en la calle, veo a dos de mis nenas jugando en el frente, ingreso y no veo a mi nena más grande, voy hacia mi pieza, me quito el jean y me coloco mi pantalón corto. Después voy hacia el fondo, detrás hay una pieza que está desocupada y observo un movimiento raro. Observo la pierna de mi pareja a través de una abertura que tiene la puerta. Ante este movimiento raro, ingresé a los portazos, ahí perdí la cordura porque comencé a pegarle piñas y patadas”.



El momento más dramático del relato de la madre fue cuando dijo: “Tras ingresar lo veo a él con mi hija. Reaccionó sorprendido, comenzó a llorar y a pedirme perdón. Yo le decía cómo podía hacer eso, que era mi hija y él me dijo que lo hacía pensando en mí”.



Agregó además que “es la primera vez, me decía, y yo le dije que no lo era, me pedía perdón y yo observaba a mi hija colocándose su pantalón. Mi hija me decía él me obligaba mamá, me obligaba”.



“Mi hija lloraba desconsoladamente y yo me prendí por él, lo golpeaba a sillazos, con lo que estaba a mi alcance. Lo lastimé mucho, estaba ensangrentado porque varios fueron los sillazos”, aseguró la mujer.



Con respecto a su relación sentimental con el abusador de apellido García, contó que “"hace 10 años que estamos en pareja, no es el padre de la nena y con él tengo dos nenas más, una de 4 y otra de 5 años”.



Consultada acerca de cómo fue la denuncia ante autoridades policiales, manifestó que “luego de mi llamado, llegó la camioneta de la Policía con cuatro ocupantes, bajó uno de ellos y le comento lo que me sucedió. Tras el planteo de la situación, le dije que él estaba atrás y el oficial me dijo que busque los documentos”.



“Antes de ir hacia la Comisaría de la Mujer pedí que alguien quedara en mi casa porque quedaba abierta y me dijeron que no y me llevaron. En la comisaría de la mujer me trataron muy bien, estuve de las cinco de la tarde hasta la una de la mañana. Me tomaron la declaración, comenté todo lo que pasó”.



Cuando la mujer volvió a su casa que había quedado abierta, se dio cuenta que le robaron un teléfono inalámbrico y $300 que tenía en un monedero.



Respecto a su hija abusada, recordó que “ella vivía algo triste y yo creía que era por no ver a mi familia. Yo a mi familia la veía a escondidas, y por eso le planteaba a él la forma de ser de mi hija”.



L.G