Fuentes policiales confirmaron ayer que por orden de la Justicia se detuvo a Emilce Álvarez, de 34 años, y su tía Ramona Cuenca Ramírez, de 59, quienes el día del ilícito se encontraban dentro de la casa de juegos ubicada en la esquina de calles Juan Pujol y Sarmiento.



Mientras que la primera permanece en un centro de salud debido a que se encuentra en estado de gravidez, su familiar está alojada en una dependencia de la Fuerza.



En cuanto al albañil que resultó demorado el jueves, luego de prestar declaración quedó en libertad.



Si bien aún la mujer y su sobrina no han sido formalmente acusadas por las autoridades judiciales que investigan el suceso, el cambio de carátula evidencia los pasos a seguir en cuanto a la pesquisa. Es que de la teoría de un asalto con ejercicio de la violencia sobre una de las “víctimas” se pasó a la hipótesis de un plan armado y que resultaría ser una estafa en perjuicio del casino mercedeño.



“Desde un primer momento no cerraba la versión del atraco, ni para la Policía ni para el fiscal (de Instrucción, Correccional y de Menores, Enrique Eduardo Deniri) de la causa”.



Mayor confirmación de la sospecha se obtuvo cuando Álvarez fue examinada por el médico de la Fuerza y el profesional constató que no tenía lesiones en su cabeza, algo imposible si se tiene en cuenta que denunció que un delincuente la había golpeado con una botella de gaseosa de vidrio y de tamaño chico al momento del ilícito.



De esta manera la investigación tuvo un giro drástico y si bien se encamina a la detención de las autoras de la sustracción, hasta anoche nada se sabía de los $75 mil que sustrajeron a la casa de juegos.



Entre los puntos no muy claros, y que despertaban sospechas, para los detectives se incluía el hecho de que el delito ocurrió media hora antes de la apertura al público y justo un día después que el sistema de cámaras de vigilancia dejara de funcionar, información valiosa que pocas personas conocían.



Además el no ejercicio de violencia para acceder al lugar también era otro de los aspectos “oscuros” en las versiones de ambas mujeres. Al respecto, el representante del Ministerio Público sostuvo que “es un circunstancia medio extraña ya que una de las personas había salido a comprar una revista y dejó la puerta abierta, además no se brinda ninguna descripción concreta del supuesto atacante”. Ahora sólo restaría la confesión de algunas de las partes y que brinde datos precisos sobre el destino de la abultada suma de dinero.



L.G