De cara a la selección de los candidatos legislativos con vistas a la conformación de la grilla de postulantes por el sector del oficialismo partidario, uno de los más firmes aspirantes es el propio apoderado del PJ, Félix Pacayut, de larga militancia en el partido. Más allá de lo legítimo de sus pretensiones, pareciera lógico que en campaña para lograr avales dentro de su mismo sector resigne temporariamente el cargo de apoderado, dado que el ejercicio de esa función confunde los roles que debe asumir.



En declaraciones realizadas ayer, Pacayut volvió a levantar su perfil en línea con sus aspiraciones de llegar esta vez a una banca legislativa.



Habló del PJ y del Frente para la Victoria, pero al hacerlo confundió lo que es partido respecto a los sectores internos que se anotan para la contienda, y que hoy muestra al menos dos sectores contrapuestos que buscarán imponer en internas sus respectivos candidatos.



En tal sentido, el doctor Pacayut debiera, quizás, hablar como exponente de uno de esos sectores sin hacer mención al partido que está por sobre las líneas internas en pugna, so peligro de que no sólo se interprete como que se arroga representaciones que no tiene, sino que incluso va en detrimento de otros aspirantes de su mismo espacio interno, dentro del cual le queda un largo camino por recorrer hasta que se den los consensos que al menos hasta hoy parecen lejanos por la multiplicidad de aspirantes a un escaño legislativo.



En este contexto y con una interna que para algunos logrará transitarse bajo los carriles de la normalidad y para otros alcanzará un nivel de conflictividad quizás inédito en la vida del Justicialismo, las señales, y más que ellas los hechos, servirán para que no se confundan los roles ni las responsabilidades.



Ayer en las declaraciones realizadas Pacayut pareció en determinado momento conspirar contra sus propias pretensiones al hablar de los consensos que dentro del espacio del oficialismo serían los jefes comunales, quienes cumplen un rol determinante. Aun así su nombre aparece en el bolillero y esta circunstancia es la que abre el análisis de la conveniencia de resignar temporariamente responsabilidades que hacen al conjunto del partido, siendo lógico el reparo de otros compañeros en el sentido de limitar su campo de acción.



fuente: El Libertador