El Superior Tribunal de Justicia ratificó la condena de prisión perpetua para Carlos Sergio Lerena, de 52 años, por el delito de homicidio doblemente calificado por alevosía y criminis causa en concurso real con robo simple del consignatario de hacienda Horacio Rodríguez Videla, de 65 años, ocurrido en agosto de 2010.



La defensa alegó que no correspondía agravar el delito de la muerte y sostuvo que el hecho encuadraba como homicidio simple. Cuestionó testimonios que daban cuenta de la premeditación del hecho y también la autopsia. En ese sentido, expresó que “los peritos no estuvieron en condiciones de afirmar que las lesiones en manos y miembros superiores del fallecido fueron maniobras defensivas reflejas”, producidas luego de un primer golpe en la nuca de la víctima.



Por otra parte, criticó así la decisión del Tribunal de considerar que el ataque fue “sorpresivo y a traición” y el hecho de que se tuviera por acreditado que el delito de homicidio perseguía un robo, dando por sentado que el condenado había pagado una suma de dinero a la víctima que adeudaba a la firma “Campos y Ganados S.A.”, para la cual el fallecido oficiaba de cobrador. Afirmó que “no existían pruebas ciertas e irrefutables de que el pago se verificara y que el condenado se desprendiera del dinero, y por ende, que mató a la víctima para robarle el dinero que le había entregado momentos antes”.



Por último, aseveró que si el acto hubiera sido concebido de antemano “peor planificado no pudo haber estado”. “Atraer a la víctima a su propio domicilio, darle muer-te y después seccionar el cuerpo. Embolsar las distintas partes, etc., no es propio de una mente normal. Más bien debe suponerse que posterior al incidente y al percatarse que la víctima estaba muerta, se bloqueó mentalmente, quedó shockeado, perdiendo la noción de lo que le rodeaba y en su desesperación realizó el aberrante acto de seccionar el cadáver”. Solicitó entonces la recalificación de la causa como homicidio simple a la cual le cabe una pena de ocho años de prisión.



Los doctores Alejandro Alberto Chain, Guillermo Horacio Semhan y Carlos Rubín consideraron en la sentencia N°119 que los testimonios descartaban la objeción del defensor a la calificante de alevosía: “Lo esencial es el ataque sorpresivo a una persona indefensa, sin importar en la esencia, dónde se aplicó el primer golpe”. Evaluaron correctamente aplicada también la calificante de criminis causa ya que “el robo del dinero fue cometido por el autor cuando la víctima ya estaba muerta”. Cabe recordar que el crimen se produjo el 2 de agosto de 2010. La autopsia reveló que Horacio Rodríguez Videla presentaba al menos cinco puntazos en el pecho y cuatro heridas profundas en la cabeza. De acuerdo a la pesquisa, Carlos Lerena, antes de matarlo le hizo firmar un recibo para quedarse con el dinero, una suma de $167.000, que obtuvo al hipotecar su casa. De la investigación también surgió que después de haber consumado el crimen,  Lerena se habría dirigido a una carnicería de su propiedad y tomó un serrucho que habría utilizado para seccionar al empresario mercedeño.



L.G