Dos hermanos oriundos de la localidad de Itatí, quienes habían pedido ayuda a la Policía por haber sido atacados por dos sujetos, terminaron denunciando a varios efectivos de la comisaría local por apremios ilegales y por fracturar a uno de ellos.



Se trata de Juan Gilberto (31) y Augusto Brítez (24), quienes el domingo 18 de noviembre, cuando se retiraban de un baile en las instalaciones de la Escuela Normal, fueron agredidos por un sujeto de apellido Noguera, quien a golpes intentó bajar al mayor de los hermanos de su motocicleta.



A pocos metros se encontraban policías, que habrían visto lo sucedido, y cuando Juan Gilberto les solicitó ayuda, para sorpresa de éste, los uniformados habrían emprendido contra él, en vez de su agresor.



“Ni bien llegaron ya me pegaron patadas y garrotazos con los palos que llevaban. Me tiraron al piso y me seguían pegando”, contó el hombre.



Esta situación habría sido observada por su hermano Augusto, quien no dudó en ir a rescatarlo.

“Lo tomé de la cintura para levantarlo. Entonces sentí un palazo en la cabeza y después varias piñas en la cara. Caí al piso y uno de los policías me pisaba la cara. En todo momento nos pegaban con los bastones de goma y cuando me quise atajar con la mano derecha me pegaron más fuerte y sentí cuando se quebró mi brazo”, relató Augusto, quien mostraba las consecuencias de la paliza que narraba.



Los dos hermanos identificaron a un suboficial de apellido Ramírez como el principal hostigador en el incidente.



“El hecho fue a una cuadra de la escuela y todos los que estaban ahí vieron lo que pasó”, agregaron los hermanos.



Para los Brítez, “los policías quisieron hacernos pasar a nosotros como los revoltosos para proteger a Noguera, quien tiene un garito de apuestas clandestinas, donde varios de los policías y de otras fuerzas federales van a timbear. Todos lo saben y nada hacen”, agregaron los hermanos.



“Se hicieron las denuncias ante el fiscal en turno Buenaventura Duarte porque no confiamos en la Policía”, dijo el abogado patrocinante Alejandro Federico Gómez, quien acompañó a las víctimas.



L.G