El cartel de Los Urabeños, del cual es miembro el narcotraficante colombiano Henry de Jesús López Londoño (más conocido como "Mi Sangre"), detenido el martes en Pilar, es considerado una de las agrupaciones mafiosas más importantes de Colombia, ya que cuenta con unos dos mil miembros y con unas 560 redes criminales.



Los orígenes del grupo datan de la localidad de Urabá, un golfo ubicado cerca de la frontera con Panamá, zona en la que hay "corredores estratégicos" por donde se trafica droga.



Según la Corporación Nuevo Arco Iris, que promueve la paz y el diálogo frente al conflicto armado en Colombia, Los Ubareños "son una especie de ejército privado de los testaferros de los antiguos paramilitares y están cobrando deudas de los mismos".



El comienzo de la organización está ligado a una zona conocida como los Llanos Orientales, que para las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) siempre fue un corredor estratégico para varios actos delictivos.



En ese marco, el sector petrolero y ganadero sufrió constantes ataques, los paramilitares se adueñaron de la zona y comenzaron a supervisar la producción de cocaína por medio de laboratorios clandestinos.



Entre las actividades delictivas de Los Urabeños se encuentra el tráfico de droga, masacres y asesinatos a la población civil y a miembros de la fuerza pública colombiana, como la policía nacional.



Asimismo, encabezó el denominado "impuesto revolucionario", que consistía en el secuestro, extorsión y atentados terroristas por medio de bombas, el desplazamiento forzoso de la comunidad civil y campesina y el reclutamiento de menores de edad.



El máximo jefe de la banda paramilitar es Dairo Antonio Úsuga David, alias "Otoniel" y su hermano Juan de Dios Úsuga David, alias "Giovanny", fue uno de los principales líderes del grupo que murió en un enfrentamiento con la policía nacional en enero de este año.



Según la policía nacional colombiana, Los Urabeños exportan cocaína hacia toda América Central y también envían la droga a diversos carteles mexicanos.

VG