Desde la asunción de la dupla técnica Luis Medero - Claudio Marini, que lleva dos partidos al frente del equipo, los resultados no acompañaron las buenas intenciones, esa mejor imagen lograda, que incluso llegó a reflotar el buen fútbol que Boca Unidos acostumbró a jugar en momentos más felices. El empate (1-1) de local ante San Martín de San Juan y la derrota (2-1) con Belgrano, el sábado en Córdoba, no deben conspirar contra el esquema de juego que hizo aumentar el volumen de juego y que de persistir en ello tendrá más posibilidades de cortar la racha adversa, en este torneo de la B Nacional. Ante Belgrano, con un ambicioso 1-3-4-3 (Leonardo Piris formó el tridente ofensivo con Aldo Visconti y Cristian Núñez) en el primer tiempo, Boca Unidos fue claro dominador del partido. Presionó en tres cuartos de cancha, generó no menos de cinco situaciones de gol, entre ellas un tiro a colocar de Alan Sánchez que rebotó en el travesaño; sin que su defensa compuesta por tres: César González, Alejandro Donati y Leonardo Baroni sufriera demasiado contratiempos.
El “Pirata” no pudo descifrar en ese período el dibujo táctico y la disposición audaz de Boca Unidos. Sólo había avisado una vez con intervención individual del zurdo Vázquez, hasta que llegó (34’) el zapatazo de Juan Carlos Maldonado convirtiendo el sorpresivo y primer gol.
El segundo tiempo arrancó diferente Boca Unidos. Del 1-3-4-3 lo cambiaron a Piris y pasó a un 1-3-4-1-2 con la inclusión de un enlace (Oscar Gómez). Llegó el empate de Alan Sánchez a los 7’, premiando al mejor jugador que tuvo Boca ante Belgrano. Entonces, el técnico Zielinski acertó con los ingresos de César Mansanelli y Lazaga aumentando su poder ofensivo y mientras después acentuó esa tendencia con el ingreso de otro delantero, Mariano Campodónico (con él tenía a tres en cancha junto a Lazaga y el “Picante” Pereyra), Boca sacó un volante y pasó a jugar con cuatro atrás sumando a Moisés.
Belgrano pasó a mandar en todos los aspectos del juego. Defensa, contención, fútbol ofensivo y situaciones de gol. Logró el segundo y dispuso de cuatro situaciones claras más (con cabezazo de Campodónico en el travesaño); lo que marca con claridad que cuando más jugadores puso Boca Unidos para contener en el medio y para marcar atrás, paradójicamente fue cuando más peligro pasó su arco.
Qué indica esto, lo que afirmamos siempre: no por poner más gente en propio campo vas a defender mejor. Todo lo contrario, cuando más lejos de tu área contengas al rival, serán menos las oportunidades en que exigirán a tu arquero. Basta con repasar los apuntes del encuentro con Belgrano para llegar a esta conclusión. Acá la cuestión pasa por superar las distracciones en la marca y mantener el equilibrio. En el segundo gol convertido por Lazaga, el delantero de Belgrano cabeceó absolutamente solo, sin que Moisés, Donati y González -estaban cerca-siquiera lo hayan “tocado” un poquito en el juego aéreo para desestabilizarlo. Tampoco Nereo Fernández salió de su arco para contener o despejar el balón con los puños. Esto es lo que debe corregir Boca Unidos.
Se sabe que en un esquema ofensivo, con un equipo que salga a buscar los goles (con los que se ganan los partidos), los defensores son piezas vitales y deben jugar con mucha atención para no ser sorprendidos. Como también que los volantes de contención brinden el equilibrio y sean la primera valla donde choque el rival cuando esté en posesión de la pelota.
Son varios los jugadores que finalizado el partido coincidieron en que “este es el camino”, o “jugando de esta manera” van a sacar al equipo a flote. Nosotros opinamos lo mismo, a la Larga jugando bien al fútbol serán más los partidos que se van a ganar que los que se van a perder. Esto fue siempre así y es un detalla que no se puede soslayar bajo ningún punto de vista para las nueve finales que se vienen.