Los fríos rankings no lo dirán, al menos por ahora, pero Novak Djokovic es hoy el mejor tenista del mundo. No sólo porque ganó los 18 partidos que jugó este año -la lista de vencidos incluye a Rafael Nadal, Roger Federer (3 veces) y Andy Murray- sino porque además muestra un tenis que hace muy difícil que pierda. Djokovic juega como un número 1 y este domingo lo volvió a mostrar justamente ante quien ocupa el puesto más alto del ranking, para quedarse en el Masters 1000 de Indian Wells con su tercer título del año.

El comienzo del partido hizo creer en que Nadal iba a poner sobre la mesa otra vez su paternidad (16-7 en el historial hasta hoy) incluso ante este gran momento de Nole. Después de un quiebre por lado, Rafa consiguió la diferencia en el séptimo game y ya no la cedió. El primer set se fue entonces para el español por 6-4.

La historia fue distinta en el segundo parcial, cuando Djokovic se dio cuenta de que tenía que cambiar la mentalidad o el partido se le iba a escapar. Tras una sucesión de quiebres, Nole quedó sacando para set 5-3. Rafa le levantó entonces cinco set points y hasta tuvo una chance de break. Pero finalmente Djokovic concretó y se llevó el segundo set por 6-3.

Era lo que necesitaba el serbio para liberarse. El tercer parcial mostró un festival de tenis del serbio. Se puso 4-0 arriba y mostró la autoridad suficiente como para que nadie dudara de que se iba a quedar con el título. Fue 6-2 al final para el festejo loco de Nole, que cumplió un nuevo paso en esa escalera hacia lo más alto del tenis mundial. Eso sí: todavía le quedan muchos peldaños para sortear.