Sorprendió Nacional en el Diego Maradona, un estadio que se había preparado para festejar casi la clasificación a octavos de final. Ahora, Argentinos deberá redoblar esfuerzos en los últimos dos partidos del grupo, ante América en México y cuando reciba a Fluminense. Nacional encontró el triunfo que necesitaba para seguir con vida, a partir de sus conceptos claros y el desconcierto local, que jamás supo resolver cómo lastimar al equipo uruguayo, que lo dejó sin invicto y además le puso emoción a un grupo que a priori parecía definido.

Argentinos tuvo que implementar, ante las lesiones de sus titulares, un esquema que no le favoreció en el juego. Porque el 4-4-2 inicial fue demasiado rígido, no le dio volumen de juego al mediocampo, y así recurrió a los pelotazos al área sin tener en cuenta que los dos marcadores centrales de Nacional, Coates y Viera, medían más de un metro noventa. Se le hizo muy sencillo a Nacional contrarrestar la propuesta ofensiva de Argentinos: sólo tenía que despejar. Nacional, obligado a ganar, apostó a un 4-3-3 y muy rápido encontró una fisura en el fondo local, por el costado izquierdo que defendía Nicolás Berardo. Por ahí insistió una y mil veces con Viudez, el mejor de la primera parte. Toda la solidez que daban los dos centrales de Nacional no la tenían los locales y a los 33 minutos, tras una falla de Gentiletti, Santiago García quedó mano a mano con Navarro y anotó el único gol del partido.

Troglio no dudó y dos minutos después sacó a Berardo, bajó a Sergio Escudero al lateral izquierdo e incluyó a Emilio Hernández, que le dio algo más de fútbol al medio. Argentinos creció desde los pies del chileno. Por eso recién a los 43 minutos Argentinos tuvo su primera opción de gol: Hernández apareció por izquierda, se metió en el área, envió el centro atrás y Prósperi definió por arriba del travesaño. Un minuto después, la chance la tuvo Salcedo tras un pase de Niell, pero el remate del delantero se fue apenas desviado.

Con el envión del final del primer tiempo, Argentinos intentó algo más en el inicio de la segunda etapa. Se juntaron Hernández y Niell, quien recostado por la derecha entendió que el negocio estaba entrando por abajo, y pudo empatarlo a los seis minutos con un derechazo de Sánchez Prette, tras un buen pase de Niell. Pero el equipo de Troglio se diluyó rápidamente. Porque cuando no encontraba el juego asociado, volvía a repetirse en los centros. Y en las alturas, los centrales uruguayos estuvieron solos, nadie les hacía sombra. Nacional, que de entrada se había retrasado bastante, comenzó a recuperar la pelota, especialmente desde la entrada de Marcelo Gallardo, quien empezó a cuidarla y acompañar muy bien a Matías Cabrera, quien apareció hasta en los peores momentos del equipo y fue en nexo entre la defensa y el ataque. Cabrera recuperó, metió e hizo algo que no abundó: se la dio siempre a un compañero.

Argentinos cayó en intensidad y Nacional lo pudo definir primero con un mano a mano del Morro García, que definió cruzado, y después con un gran pase de Gallardo que García no llegó a interceptar porque llegó bien Navarro. En el final, a cada intento local, la respuesta era una contra desperdiciada de la visita.