Peñarol sacó a relucir toda su experiencia copera ante un novato en estas cuestiones como Godoy Cruz. Llegó a Mendoza para demostrar que lo que le pasó en Avellaneda la semana pasada, cuando perdió 3-0 con Independiente, había sido una casualidad. Anoche fue oportuno, inteligente, contundente. Y regresa a Uruguay con un triunfo que pone todo muy parejo en el Grupo 8, por ahora, porque mañana juegan Liga de Quito e Independiente. Godoy Cruz tuvo pocas ideas, falló en defensa y le faltó peso ofensivo. Así se quedó con una derrota que le puede complicar el futuro.

Pasa siempre. Todo lo pautado puede cambiar en menos de un minuto. Godoy Cruz entró dormido y, a los 51 segundos, Peñarol marcó diferencia con un gol en que participaron los dos mejores jugadores del primer tiempo. Henry Mier tiró el centro y Juan Manuel Olivera, solo entre los dos centrales, la bajó de pecho y definió de zurda ante Torrico.

El gol varió el planteo del equipo mendocino y, en cambio, tranquilizó a los uruguayos. Entonces, Peñarol aumentó la concentración y siguió muy apegado al libreto que había pensado el técnico Aguirre. Trabajó mucho la salida por los costados, con Corujo por derecha y Mier, una pesadilla, por izquierda. Godoy Cruz no encontraba el balón ni el juego, con un sector medio que nunca se asoció. Carlos Sánchez, desconocido; Diego Villar, desconectado; Ariel Rojas, molestando apenas por izquierda.

Sin embargo, en el mejor momento de Peñarol, que cada vez que desbordaba Mier llegaba con peligro, llegó el empate inesperado de Godoy Cruz. Núñez envió un centro pasado desde la derecha y Tito Ramírez, entrando libre por el segundo palo, marcó de cabeza. En lugar de tranquilizarse y tratar de complicar el esquema de Peñarol, el equipo local siguió desconectado. Entonces, con la misma fórmula de toda la etapa, la visita llegó de nuevo al gol: centro de Mier desde la izquierda y cabezazo goleador de Olivera entrando entre los dos centrales.

En la etapa final, Godoy Cruz se adelantó unos metros, decidido a buscar el empate. El técnico Jorge Da Silva sacó al defensor Zelmar García e hizo ingresar al uruguayo Alvaro Navarro para tener más peso ofensivo. Pero el local siempre equivocó el camino. Desordenado, sin ideas, se repitió en los centros al área que facilitaban la tarea de los dos centrales de Peñarol. Y después de una salida desde el fondo, Martinuccio recibió la pelota en su campo, inició la contra, le quedó un rebote y habilitó a tiempo a Aguiar, quien definió sin problemas frente a Torrico. Con el 3-1, Peñarol se dedicó a mantener la diferencia y hasta pudo aumentar las cifras en cada veloz contraataque que lograba hilvanar. Ni antes ni después de la interrupción por la baja de luz, el equipo mendocino pudo cambiar la historia.

El buen comienzo futbolístico del año, con los triunfos contra Boca y la Liga de Quito, ya es recuerdo. Godoy Cruz repitió los errores de la semana pasada ante San Lorenzo y se quedó, otra vez en su tierra, sin nada.