Aviones de combate egipcios sobrevolaron a baja altura El Cairo, mientras tanques avanzaron hacia la céntrica plaza Tahrir (plaza de la Liberación) donde, por sexto día consecutivo, miles de egipcios se manifestaban contra el régimen de Mubarak.

La demostración de fuerza del Ejército egicpio ocurrió poco antes de la entrada en vigor del toque de queda a las 16 (11 hora de Argentina) y poco después que Mubarak se reuniera con altos mandos militares, informó la agencia de noticias ANSA.

Mubarak asisitó al Centro de Operaciones de las Fuerzas Armadas con el general Omar Suleimán, que el sábado fue designado como vicepresidente, cargo que el mandatario mantuvo vacante durante las tres décadas que lleva en el poder.

La televisión egipcia mostró imágenes en la que aparecen Mubarak y Suleimán, también vestido de civil, acompañados del ministro saliente de Defensa, general Husein Tantaui, y otros jefes militares.

El viernes, Mubarak ordenó al Ejército que salga en un esfuerzo por mantener el control en las calles, después de que la policía perdiera el control de la ciudad.

Pero los manifestanes volvieron a las calles de El Cairo donde decenas de cuerpos yacían este domingo en una calle cercana a una cárcel de la capital egicpia, donde durante la noche se registró un motín y fuga de presos por lo que se escucharon disparos de arma de fuego.

Al menos 120 personas murieron y casi 4000 resultaron heridas en Egipto desde el martes que comenzaron las manifestaciones contra Mubarak, informaron ayer fuentes de seguridad y médicas.

Por su parte, Mohammed El Baradei, Premio Nobel de la Paz y ex director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), fue designado ayer por los grupos de la oposición, entre ellos los Hermanos Musulmanes, para las negociaciones con el Ejército y formar un nuevo Gobierno.

El líder de la oposición se unió ayer a los manifestantes en la plaza Tahrir a quienes les comunicó que está intentando tomar contacto con el ejército, "porque fui encargado por las fuerzas de oposición de formar un gobierno de salvación nacional".

"No podemos retroceder", señaló El Baradei, que poco antes, en una entrevista en directo con la emisora CNN, exigió la formación inmediata de un gobierno de unidad nacional. "Mubarak debe irse hoy", afirmó.

Por su parte, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, dijo que su país quería una "transición ordenada" mediante elecciones libres y justas en Egipto, su aliado clave la y nación más poblada del mundo árabe.

"El mensaje de Estados Unidos es que queremos ver elecciones libres y justas, esperamos que este sea uno de los resultados de lo que está sucediendo en este momento en el país", sostuvo la jefa de la diplomacia norteamericana y aseguró que es necesaria una "transición ordenada del poder" para evitar que persista la crisis.

Egipto es un aliado clave para Washington en el conflictivo Medio Oriente. Firmó la paz con Israel en 1979, arriesgando su posición en el mundo árabe, pero contando con el apoyo político, económico y militar estadounidense.

Pero además de sus aliados en Occidente, las revueltas en Egipto -en los que ya murieron más de 150 personas y miles resultaron heridas- estremecieron a Medio Oriente, donde otros gobernantes autócratas podrían enfrentarse a revueltas similares.

En Túnez, detonador del movimiento regional que derrocó el presidente Ben Ali tras 24 años en el poder el 14 de enero pasado, un líder islamista exiliado volvió al país y fue recibido ayer por miles de personas