Antes que los flashes y las luces, Erik Lamela prefiere refugiarse en la calidez de su familia. Lo invitaron a pasar las vacaciones en el balneario 12 de Mar del Plata, famoso por ser el habitual epicentro del ambiente del fútbol en el verano. Pero él prefirió ir a otro con menos exposición, más a tono con su perfil. Durante estos días de descanso intentó desenchufarse del fútbol todo lo que pudo, pero ayer ello le resultó imposible: enterados de que el Milan podría volver otra vez a la carga por su pase , en la playa los hinchas de River lo ametrallaron a pedidos para que se quede en el club. Pero esos hinchas deberían quedarse tranquilos, al menos por ahora: la dirigencia de River tienen decidido no venderlo por menos de 18 millones de euros.

Le ven futuro de crack, lo quieren ver explotar con la camiseta de la banda roja y no en algún club europeo, creen que está lejos de ser una casualidad que la FIFA lo haya considerado una de las 23 revelaciones del fútbol mundial en 2010 ; en fin, lo quieren disfrutar como en las últimas fechas del Apertura.

El vicepresidente del Milan, Adriano Galliani, está en Río de Janeiro. Allí trata de resolver los últimos detalles para la desvinculación de Ronaldinho, quien regresaría al Gremio. Según la prensa italiana, Galliani aprovecharía la cercanía con Buenos Aires para hacer una nueva oferta por Lamela. River ya le dijo que no a un ofrecimiento de 12 millones de euros de parte del club italiano, cuyo director deportivo, Ariedo Braida, lo vino a ver en el partido ante Colón, cuando el pibe de 18 años hizo el golazo del empate parcial (fue victoria 2 a 1).

Ayer, cuando se enteraron por internet que el diario italiano Tuttosport dio por hecha la transferencia de Lamela al Milan en 12 millones de euros, los dirigentes de River sonrieron irónicamente. “Se quedaron bastante cortos con la plata”, dijo uno de ellos.

Hoy, la única certeza es que el Milan lo pretende porque quiere volver a apostar por un talento sudamericano tras las contrataciones de los brasileños Kaká (cuando tenía 21 años) y Pato (18).

River no tiene ningún apuro por venderlo.

Ajeno a los rumores, Lamela asegura que no se irá de River “sin antes dar una vuelta olímpica”. Pero el tema, claro, dependerá del dinero que ofrezca el Milan y no de cuestiones románticas .