La sorpresa del Mazembe todavía resuena en Abu Dhabi. La caída de su homónimo brasileño provocaba la necesidad de que el Inter de Milán sí demostrara su poderío en su debut para llegar a la final contra los congoleños, que si no ganan ya se aseguraron la revelación del Mundial de Clubes. Enfrente del campeón europeo estaba el débil Seongnam, de Corea, y al equipo de Rafa Benítez no le costó ponerse en ventaja.

Se cumplían los dos minutos de partido, cuando Sneijder, uno de los jugadores clave de la ofensiva del conjunto italiano, mostró un intenso dolor por un problema muscular en su pierna. Con el holandés afuera de la cancha, luego de que los médicos le indicaran al DT que el volante no iba más, apareció una jugada de Eto’o por izquierda, que tocó para Milito y éste a Stankovic, quien se metió entre dos defensores y definió a la izquierda del arquero. Así, con uno menos, el Inter se daba el gusto de ponerse en ventaja en el arranque del partido.

Con el dominio del Inter y algún ataque aislado del Seongnam, el campeón de la Liga de Campeones de Europa llegó al segundo gol, un gol 100% argentino. Es que por derecha, Zanetti jugó una pared con Diego Milito, quien le devolvió la pelota de taco para la definición del lateral derecha con la parte externa del pie derecho. Iban 32 minutos. Para el final, sólo quedó un tiro libre del colombiano Molina (figura del conjunto coreano) que se fue lejos.

En el segundo tiempo no cambió la hegemonía del juego. El Inter reguló pero aún así no perdió la distancia en el marcador, sino que la amplió. Porque a los 28 minutos Diego Milito aprovechó un rebote tras un tiro de Eto’o, se levantó rápidamente tras un resbalón para impactar la pelota antes de que el arquero asiático pudiera volver a dominarla. Cuatro minutos después, el delantero argentino se fue ovacionado.

Fue un partido sencillo para el Inter, que sin sobresaltos accedió a la final del Mundial de Clubes, donde espera el congoleño Mazembe, tras eliminar al Inter de Porto Alegre.