El cosquilleo previo se hace sentir. Hay ansiedades. Se torna imposible maquillarlas. A los de adentro como a los de afuera. A todos. Hay nervios y tensiones. Muchos nervios, más tensiones. Hacía muchísimo tiempo que todas esas sensaciones no desfilaban por la mitad de Avellaneda. Tanto como 15 años. Sí, 15 años de la última vez que el Rey de Copas estuvo de festejos continentales. Por eso hoy, esta noche, en el renovado Libertadores de América, hay una nueva cita (impostergable) con la historia moderna .

Justo a las 21 (arbitrará el colombiano Oscar Ruiz ) , el Independiente de Antonio Mohamed irá por el último peldaño que lo separan del título número 16. Claro, la revancha no la afrontará con el escenario ideal: tiene que revertir dos goles. Justamente, el que no podrá estar para hacer esos goles necesarios es Andrés Silvera, expulsado en Goiania por un codazo que impactó en el rostro de Toloi.

Sin el jugador “distinto”, como suele llamarlo Mohamed al Cuqui, el entrenador se ve obligado a retocar el dibujo táctico. El 3-5-2 de Brasil mutará por un 4-3-2-1.

“Quiero jugadores rapiditos, que desequilibren en el mano a mano” , dijo y repitió Mohamed.

Esa afirmación, más la lesión de Martín Gómez motivó al Turco a jugársela con Patricio Rodríguez y Nicolás Martínez. Además del suspendido Silvera (Parra será el único punta) el otro que dejará el equipo es Fernando Godoy.

Atrás, en defensa, también hay cambios. De nombres: Matheu ingresará por Galeano. Y de piezas: Tuzzio se correrá a la derecha y Mareque andará más cerca de Hilario Navarro que del área contraria. Con eso, Mohamed, buscará protegerse del arma más potente del descendido Goiás: la contra.

“Creo en la mística copera y creo a muerte en estos jugadores ” fue una de las frases que más repitió Mohamed después del 0 a 2 del miércoles pasado. Y el “vamos a ser campeones, no tengo ninguna duda” que el entrenador soltó en la puerta del vestuario visitante del Serra Dourada, sonó sumamente convincente. Los propios futbolistas, después de la reunión que el Turco mantuvo a solas en ese vestuario, antes de emprender la vuelta desde Brasil, le entregaron sus sensaciones a Clarín . “El Turco nos dio una manija bárbara, nos comió la cabeza”, contó uno.

La gente también mostró, una vez más, su apoyo incondicional: ayer a la tardecita, después del entrenamiento, unos 4 mil fieles teñidos de rojo y blanco coparon la bandeja Baja Norte del estadio. Otro puñado menor fue hasta la puerta del hotel Intercontinental para extender un banderazo que tuvo mucho color y sonido.

En el búnker de enfrente, en el del Goiás, las horas previas se consumieron entre la confianza por la victoria parcial y la preocupación por el clima externo. Ya desde antes de viajar para Argentina, varios jugadores hablaron de un clima bélico. Ayer, el entrenador Artur Neto, también se “atajó” : “ Somos conscientes de las dificultades que encontraremos en la Argentina. Independiente se agranda con el apoyo de su gente” , deslizó.

El camino para acceder a su final 22 en torneos internacionales fue complejo. Primero pasó a Argentinos. Luego a Defensor Sporting: 0-1 allá y 4-2 acá. Más tarde eliminó a Deportes Tolima gracias al empate en 2 en Ibagué (en Avellaneda fue 0-0). En semis, pasó a Liga, el último campeón de la Sudamericana: iba perdiendo 3-0 en la altura, terminó 3-2 y con más temple que juego revirtió la historia en el Libertadores con el 2-1.

Es la hora de la final . Le queda un paso más a Independiente, a este Independiente que busca volver a ser el Rey de Copas .