Esos hinchas que se acercaron a la Bombonera habían planificado una semana como tantas otras. En la que, como es habitual, rinden tributo a los últimos grandes ídolos que quedan. A los más emblemáticos que, en estos momentos y a falta de Román, lejos del verde césped como en todo este último tiempo, son Battaglia y Palermo. Sin embargo, esta vez no hubo “olé, olé, olé, olé, Seba, Seba” . Tampoco hubo aplausos por “los goles de Palermo que ya van a venir” . Esta vez, la noche fue de los pibes. Principalmente, de Cristian Erbes, Juan Sánchez Miño y Javier García, que aún con su experiencia (fue dueño del arco en el último título del club, el Apertura 2008) sigue siendo parte de la nueva camada. Y a esos hinchas, que vienen de sufrimiento en sufrimiento, les alcanzó para irse a casa con una sonrisa.

“Aprovechando” las licencias que otorga el no pelear por el título, ni por la clasificación a las copas, ni por nada más que por la importancia de vestir la camiseta de Boca , P ompei les da vuelo a los más jóvenes. Así, Araujo se encontró con su debut en la red ante Arsenal. Y, derrota ante Newell’s mediante, la tendencia continuó. Porque Battaglia no pudo ser de la partida (culpa de una distensión en el tendón de Aquiles derecho); Medel, que iba a ser lateral, pasó al mediocampo y se le abrió la puerta a Ruiz. Si bien no jugó un muy buen partido, adquirió rodaje, lo importante a esta edad.

Erbes, por su lado, fue figura, además de hacer lo más importante: rescató esa pelota que remató Medel (tras una pared del chileno con Palermo) para empujarla y descargarse con todo. Y disfrutar de su primer gol en este campeonato; apenas el segundo de su carrera (le hizo uno a Lanús en el Clausura pasado). También se dio el gusto de debutar Sánchez Miño, zurdo volante de muy buena técnica con una ficha personal que registra 1,76 metros de altura, 68 kilos, porteño de nacimiento y categoría 90. El jovencito entró por Matías Giménez, a los 29 minutos del segundo tiempo.

Javi García, por su parte, logró algo que a Boca le costó horrores durante todo el año: mantener la valla invicta. Habían pasado River, Arsenal y Newell’s con goles. Ayer se terminó la racha.

“Era lo que queríamos: sumar 3 puntos más. Tenemos que ganar todo lo que queda y salir campeones el año que viene; para eso estamos en Boca”, definió el autor del gol. Gol que valió muchísimo. Porque el miedo al promedio del futuro se aleja, porque ayuda a Pompei (que cobra premios extra por cada triunfo), devuelve confianza y le regala una alegría a la gente, con lo que escasea en esta época...