Textil Mandiyú perdió con Colegiales de Concordia por 2 a 1 y no sólo resignó valiosos tres puntos, sino que también su yugo de local fue vulnerado. Alejandro Toledo abrió la cuenta a los 14 min para los locales, pero la visita encontró rápidamente el empate a los 15 min a través de Pablo Russo, y a los 20 min la victoria, por intermedio de Martín Muñoz.
El partido, que correspondió a la 11ª fecha de la Zona 6 del Torneo Argentino B que organiza el Consejo Federal de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), se disputó en el estadio de Huracán Corrientes ante escasa cantidad de público. Las acciones fueron dirigidas por el árbitro Gastón Ramírez , de correcto desempeño, que al final del juego expulsó al defensor correntino Maximiliano Ojeda.
Todo pasó muy rápido. Ya a los 25 segundos los visitantes advirtieron que la línea de tres dispuesta por el entrenador Alfredo Villegas le daría más que un susto a la parcialidad de Textil Mandiyú. En tres toques, Colegiales llegó al área algodonera, pero Federico Moscatelli le adivinó la intención a Héctor Ledesma y contuvo el remate a su derecha. Ergo, al minuto, una rápida réplica local en jugada preparada entre Aníbal Almirón y Patricio Del Vecchio casi hace gritar al estadio, pero el arquero Damián Serrano se lo tapó a Juana Miérez. Estaban a mano, o al menos eso pareció.
El ambicioso esquema del Albo con un 3-3-2-2 mostraba un equipo con ambiciones ofensivas y las intenciones se concretaron en hechos cuando a los 14 min Toledo, tras peinar un envío de tiro libre desde la izquierda de Jerónimo Vidal, la mandó al segundo palo de un Serrano que no debió ir a buscarla adentro. Todo era alegría y la gris tarde amenazaba con iluminarse con goles.
Textil Mandiyú no tuvo ni tiempo de acomodarse tras la ventaja, y cuando aún saboreaba el festejo de un minuto antes, el central Pablo Russo entró solo por el medio del área tras un córner y dejó sin chances a Moscatelli. 1 a 1 y nadie entendía nada. El desconcierto se hizo presa del equipo local y un nuevo intento de Vidal desde afuera del área, se fue apenas al lado del palo de Serrano.
Todo estaba igual, o casi. Textil amuchando gente en el medio y Colegiales comenzando a cortar todo intento de circuito ofensivo. Y así fue que el volante central Pablo Vercellino recuperó un balón en zona media y descargó a la izquierda a Matías Barone, para que éste se la dé a Muñoz, que entraba solo por el medio. Sólo tuvo que colocarla a la izquierda de un desprotegido Moscatelli para encender en un nuevo grito a todos los concordienses. Era el 2 a 1 que, a la postre sería el resultado final.
Textil sintió el golpe, casi de nocaut. Los intentos locales, que no resignó en ofensiva, siguieron; pero cada contra visitante era una puñalada para la frágil defensiva de los de Batuka. Al final de esa primera etapa, primero Moscatelli evitó el segundo mandando la bola al córner, trascartón, en una jugada calcada del segundo gol se la volvió a perder Russo.

Sin armas
Textil entró con todo en la segunda parte, pero los de Gustavo Acosta seguían manteniendo su peligrosidad con cada contraataque. En una zona media con muchos volantes y ningún conductor, apenas Aníbal Almirón intentaba tomar la posta del mando del juego, pero el cansancio lo fue consumiendo igual que a Leandro Altamirano, por lejos el más batallador del campo. Miérez siguió corriendo una y otra vez, pero los desacoples atrás seguían sembrando dudas.
Villegas dispuso el ingreso de Hernán Valenzuela por un intermitente Jerónimo Vallejos, que cumplió algo en ofensiva pero casi nada en defensiva. El “nuevo pelado” le dio más velocidad al carril izquierdo, pero no alcanzaba, ni siquiera cuando logró desbordar y dejarle a los 32 min el empate servido a Toledo, que en el área chica la tiró por arriba de Serrano.
La presión del Albo, desorganizada por cierto, se mantuvo también intermitente hasta el final del partido, un encuentro que fue manejado con inteligencia por parte de Colegiales, que tuvo en Vercellino a su tiempista y estratega del juego. Los ingresos de Gonzalo Pugliese (por un irresoluto Raúl Gómez Aquino) y de Julio García (por Almirón, muy cansado), tampoco le dieron mayores respuestas a un equipo que se diluyó entre las buenas intenciones y la intrascendencia. El duelo se diluía y un cielo muy gris avanzaba sobre el estadio de Huracán como presagiando una tormenta.
Hay equipos que, buenos o no, tienen su poder por sobre otros; y quizás ése sea el caso de Colegiales, un conjunto que con muy poco le burló el yugo de local a Mandiyú y le birló los seis puntos en juego que disputaron. Y por algo será, pero mientras tanto el Albo se hunde en la tabla de posiciones que, por cierto, no conoce de intenciones.