Descubren un llamativo ardid, usado para captar víctimas con un muñeco de trapo arrojado al pavimento. La gente con espíritu solidario se detenía para llamar al 911, y aprovechaban para robar motos y celulares.



El ardid funcionaba de la mano de la solidaridad de la gente  que se vio burlada en su  buena fe en la zona oscura de la cancha del Club Rivadavia (calles Roca y General Paz).



El ataque se producía siempre de noche.



De acuerdo con las denuncias recogidas en la comisaría 19º, se habían robado celulares, (en su mayoría) carteras, y hasta motocicletas.



La modalidad siempre era la misma y la policía había comenzado a investigar el caso hace varios días, después que comenzaron a aparecer los primeros damnificados quienes relataron los ataques, siempre en la misma zona. Faltaba dar con la evidencia.



Según revelaron, los malandras arrojaban el maniquí a la calle el cual permanecía sobre el pavimento, inmóvil y a simple vista parecía que se trataba de alguien que fue atropellado por un vehículo, o simplemente un hombre que necesitaba urgente ayuda médica.



Las víctimas al encontrarse con esa situación, atinaban a sacar su teléfono celular para llamar al 911 y esa distracción era aprovechada por los atacantes que acechaban desde las sombras.



La investigación policial echó por tierra el accionar, cuando un vecino bien intencionado avisó que estaban por atacar de nuevo sobre calle General Paz. Al arribar el patrullero, sólo encontró el muñeco ya que los delincuentes lograron darse a la fuga.



Se trataba de una figura de 1,70 de estatura, vestida con una campera negra, con capucha, pantalón de jean azul, zapatilla de una marca conocida (blanca).



El muñeco fue secuestrado y llevado hasta la comisaría 19º, y de esa manera los pesquisas pusieron fin a un embuste delictivo que se había cobrado a varias víctimas que cayeron en las redes de una farsa callejera.



Fuente El Litoral