“Es que llevamos cuatro días sin comer”. La explicación cortó de un tajo el ambiente escolar de entrega de boletines el pasado miércoles 18 en la escuela Héroes de Malvinas de Gualeguaychú, en Entre Ríos. Luego de recibir el boletín de calificaciones de su hija y ver el bajo rendimiento que allí aparecía, una mamá (cuya identidad solicitó mantener en reserva) pidió hablar a solas con una docente. Allí se quebró. “Desde hace unos meses, tuvimos que irnos a vivir a un asentamiento. No tengo trabajo; estuve empleada un tiempo pero me despidieron. La Municipalidad me pagó durante tres meses la mitad de un alquiler y luego tuve que irme con mis hijos a un asentamiento. Hoy hace cuatro días que no comemos”, contó.



La revelación desató un vendaval: la vicedirectora del colegio corrió al supermercado (“No podría cenar esa noche sabiendo que una alumna nuestra estaba así”, explicó a sus compañeras); la directora, Analía Romero, aprovechó la maratón anual que la escuela realizaba al día siguiente para pedir alimentos; y una radio local se sumó con la difusión. “Logramos reunir aceite, harina, leche, galletitas, paté, salchichas, fideos, azúcar… Este fin de semana, esa familia comió. ¿Y después?”, se preguntó Romero, en diálogo con Clarín. Planea repetir la colecta esta semana. “Pero la señora no quiere donativos: lo que quiere es trabajo”, remarcó la directora.



La buena alimentación influye directamente en el rendimiento escolar. La mala, también. Cuando un chico tiene el estómago vacío o está mal alimentado presenta decaimiento general y somnolencia, bajan sus notas, anda hosco y solitario, se distrae... Según el Observatorio de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina (UCA), el 37,2 por ciento de los chico de entre 0 y 17 años vive en situación de pobreza en Argentina, y el 21 por ciento sufre inseguridad alimentaria. La situación en la provincia de Entre Ríos, donde unos 85 mil chicos comen en la escuela todos los días (ver Sólo $ 3,80 por día para comer), tampoco es sencilla.



En Gualeguaychú, 4 mil niños concurren de lunes a viernes a comedores escolares. Muchos ubicados en establecimientos con población de clase media y rendimiento escolar normal. Paralelamente, existen varios asentamientos en el cordón periférico de la ciudad, donde la realidad es la de cualquier villa del país y proliferan las viviendas hechas con costaneros de eucaliptus y techos de plástico negro, pisos de tierra, aguas servidas, precariedad laboral, droga.



La escuela Héroes de Malvinas es de gestión pública y cuenta con un edifico nuevo, ubicado muy cerca del corsódromo de la ciudad. Sus estudiantes provienen de familias de condición económica media. “Este es un caso puntual”, señaló Romero. Sin embargo, la directora adelantó a Clarín que están pensando en crear un ropero escolar y pedir a las autoridades departamentales el apoyo de “la copa de leche” para sus alumnos, a pesar de que van al secundario.



La Dirección Departamental de Escuelas de Gualeguaychú tomó conocimiento del caso el pasado sábado, cuando Clarín llamó a consultar. Analía Romero está citada para hoy en esa repartición, al igual que funcionarios de Desarrollo Social de la Municipalidad.\\





L.G