A poco más de un mes del traslado definitivo y el asentamiento de las 17 familias del barrio Caridi, las casillas que fueron otorgadas por el Gobierno nacional comenzaron a deteriorarse. Vecinos del lugar afirman que la lluvia del domingo afectó las paredes e incluso señalaron que algunas de la personas podrían perderlas por las malas condiciones en las que se encuentran. El panorama actual en la zona conocida como el bajo Caridi, dista de ser la deseada por sus habitantes. Allí entre el barro que se acumula tras cada lluvia, se erigen las casillas que sirven de vivienda a unas 17 familias. Cabe recordar que los mismos vecinos se encargaron de arreglar y dejar en condiciones las construcciones. Sin embargo y tal como lo confirmó una de las vecinas, los módulos habitaciones ya comenzaron a presentar problemas.



“El barrio es un desastre, no se puede cruzar por la calle”, comentó Karina Aguilar, quien vive junto a su  familia en el lugar.



Además, destacó que “la situación afecta incluso a los niños, muchos de ellos tienen que ir a la escuela y no pueden”, aseveró Karina.



Por otra parte, aún faltaba la instalación final de los baños. En ediciones pasadas este medio ya había dialogado con varios de los vecinos del lugar quienes manifestaron que no recibieron el cemento ni las chapas para edificar los sanitarios.



Luego de esperar por los recursos y al no tener respuesta, cada familia comenzó con la construcción.

“Ya hay algunos baños, pero fuimos nosotros los que tuvimos que construirlos e incluso hacer las perforaciones hasta la cloaca”, sintetizó Karina.



Vale aclarar que la conexión eléctrica también fue realizada por los habitantes quienes tuvieron que pagar para tener ese beneficio en el barrio.



La historia de las familias data de hace unos meses atrás cuando, debido a la crecida extraordinaria del río Paraná que dejó bajo el agua  las humildes viviendas, tuvieron que ser trasladados.



El primer lugar donde se refugiaron por casi un mes fue la Escuela Nº 299  del barrio Galván.

Posteriormente fueron reubicados en el predio del Ex Regimiento 9, lugar donde hasta bautizaron a varios niños. Tras pasar dos semanas en la institución educativa pudieron acceder a las casillas otorgadas por el Gobierno, donde residen actualmente.