El gobernador Ricardo Colombi instruyó a las distintas áreas del gobierno la permanente contención de los damnificados y trabajos de evaluación de las pérdidas. “La presencia de la Provincia es permanente, desde el primer momento en que empezamos a sufrir la inundación”, señaló la intendente Mónica Romero. La jefa comunal afirmó que la población se siente discriminada por la entidad binacional. Contó que la única comunicación que este organismo se dio cuatro días después de la inundación y “fui yo quien llamé por teléfono porque estaba muy molesta, preocupada y sentía mucha presión de la gente”, aclaró.











La jefa comunal informó que “el agua baja y nos da alivio, pero quedan las secuelas y comienzan otros problemas que deja la crecida”. “Estamos trabajando con el Gobierno Provincial en todos los aspectos, asistiendo a las familias damnificadas, a los productores rurales en sus chacras, que perdieron su producción, su siembra y sus animales, a la vez que también estamos evaluando todos los perjuicios estructurales”, explicó.







Romero también denunció que “nos sentimos discriminados por la EBY”. “Nos tratan como pobladores de cuarta. Nunca trabajaron sobre el proyecto que habíamos pedido hace cuatro años que es de la defensa costera, tampoco en un puerto nuevo para la localidad. Esta crecida destruyó el puerto actual, el pequeño muelle se hundió. Hoy por hoy prácticamente estamos arrancando de cero ya que se perdió todo en la zona inundable”, describió la Intendente.







“La EBY tiene que compensarnos con todas estas obras para protegernos, porque la isla es nuestra casa. Nosotros somos 1.700 habitantes que estamos haciendo patria en esta localidad, que estamos peleando diariamente con el inconveniente de estar en aguas paraguayas y con otros problemas generados a raíz de la aparición de la represa. Sin embargo no hubo compensación”, aseguró Romero.







Contención provincial







La Intendente comentó que el Gobierno Provincial y la Municipalidad asisten de manera permanente a las familias damnificadas. “Son muchas, tanto las evacuadas como las autoevacuadas y también son muchas sus necesidades y los problemas que surgen al momento de volver a sus casas”, relató. 







“La situación actual es que baja el río pero nosotros redoblamos los trabajos porque arrancan otros problemas que se dan después de toda crecida”, advirtió. Al mismo tiempo,  la máxima autoridad de la isla subrayó que “la inundación también deterioró mucho nuestras costas y provoca otros problemas estructurales como ser la destrucción del puerto, el hundimiento del muelle”.







“La Provincia estuvo presente desde siempre conteniéndonos”, remarcó. Según la Intendente “desde el primero momento contamos con el trabajo de Desarrollo Humano y de la Dirección Provincial de Defensa Civil recorriendo todas las zonas afectadas”.







Luego se fueron sumando otras áreas, como ser los ministerios de Salud Pública y de Gobierno; “el propio ministro Gustavo Valdés vino a la isla para ayudar y ponerse a disposición”, rescató Romero  y agregó que “también vinieron las direcciones de Recursos Naturales y Parques y Reservas; la policía; la Prefectura Naval Argentina y la Municipalidad de Ituzaingó”.







La Intendente comentó además que “contamos con la solidaridad de muchos correntinos y de gente de distintas partes del país que envió mercaderías, ropas, colchones, medicamentos y otros elementos como asistencia”.







Tristeza y temor







“La verdad estamos muy tristes con todo lo que pasó”, confesó. “Nos sentimos muy desprotegidos porque en frente nuestro tenemos ese monstruo grande y veíamos como largaba un gran cantidad de agua, en un volumen impresionante”, contó la Intendente, quien agregó que: “Esta situación nos provocó a toda la población un problema psicológico por el temor al avance del agua sobre el pueblo”. “No podíamos dormir pensando lo peor. Llegó tan rápido la crecida que nos quedamos acorralados”, manifestó.







Indiferencia







La Intendente indicó que con la EBY recién tuvieron contacto cuatro días después de la inundación en la isla. “Fui yo quien llamé por teléfono y pude hablar con un ingeniero de la represa. Llamé porque estaba muy molesta, preocupada y sentía mucha presión de la gente”, expresó.







Romero recordó que “a todo esto, pensaba: seguimos recibiendo agua y no podemos frenarla y la EBY no aparece, ni siquiera viene a ver cómo estamos”. “Estamos a veinte cuadras de la represa y queríamos su presencia; recién al otro día de mi llamado (cinco días después) nos enviaron algunas cosas”, señaló.