Por otro lado, se comprobó, a través de pruebas de luminol, que el asesino se dedicó a limpiar huellas de sangre, luego de cometer el macabro crimen, por lo que se confirmaría que tuvo su intención al prenderle fuego al departamento de la víctima.



Como los testigos que se encontraban en el complejo de departamentos de Estado de Israel y Ambrosetti el sábado por la noche, cuando se produjo el crimen de la chica de 24 años que era oriunda de Capoaví aseguran que no escucharon ruidos fuertes, los investigadores del caso infieren que la chica fue violada cuando se encontraba desvanecida por los fuertes golpes que recibió.



En tanto, el cuerpo de la chica ya fue entregado a sus padres, y se espera que sea inhumado en las próximas horas en su Capoaví natal. El cadáver de la chica fue hallado el sábado último por la noche en uno de los seis departamentos de un complejo de inquilinatato.



La Policía sospecha que el asesino mató a la estudiante al golpearla al menos seis veces con un objeto contundente, que podría ser un martillo, en cinco de los casos en la cabeza.



Después, siempre en línea con la misma hipótesis, el criminal habría intentado borrar huellas al incendiar el departamento.



De la escena del crimen, desapareció la computadora notebook que pertenecía a la víctima, por lo que no se descarta que el crimen haya sido cometido en el marco de un robo, aunque tampoco se podía descartar algún otro tipo de motivación personal.



La joven, que estudiaba Comunicación Social y realizaba un curso de gastronomía, estaba de novia desde hacía pocas semanas con un joven, que fue demorado por la Policía, interrogado y por el momento, desvinculado del caso por disposición del juez Marcelo Cardozo, a cargo del expediente, ya que probó de manera fehaciente que se encontraba trabajando en el momento del crimen.



L.G