El silencio y la oscuridad reinaban en el playón de acceso a Tecnópolis sobre la General Paz cuando los reflectores señalaron a un granadero que con su trompeta colgaba de la cima de la torre de telecomunicaciones del parque.



Mientras el arco de acceso al predio de iluminaba con los colores de la bandera argentina el granadero comenzó a tocar los primeros acordes del Himno Nacional Argentino, y a él se sumaron los integrantes de la fanfarria Alto Perú y del grupo de percusión con instrumentos no convencionales El Choque Urbano.



Las más de siete mil personas presentes en el espectáculo cantaban el himno a viva voz cuando un grupo de bailarines se subió a bailar un malambo sobre la última parte de la música que finalizó con un fondo de fuegos artificiales.



Luego de un espectáculo de percusión de El Choque Urbano, la fanfarria volvió a subir al escenario para tocar con ellos la Marcha de San Lorenzo, cantada con euforia por el público, mientras que de la parte superior del arco de acceso al parque emergían lenguas de fuego.



Al finalizar la Marcha de San Lorenzo los granaderos cambiaron sus instrumentos por caños de PVC para acompañar un tema del choque Urbano, que dió entrada a una especie de jaula que una grúa de treinta metros hizo flotar sobre el público y de la que colgaban más de veinte acróbatas del grupo Prix D´ami.



Las manos del público se extendían al cielo para tocar a los acróbatas cuándo los músicos de El Choque Urbano comenzaron a tocar el último tema del espectáculo.



Una gran cortina de fuegos artificiales cerró el espectáculos mientras granaderos, percusionistas y acróbatas saludaban juntos al espectáculo.



A continuación comenzó el recital de la banda de rock Catupecu Machu que cerraba la noche, mientras que detrás del escenario los protagonistas del espectáculo se abrazaban y felicitaciones de los presentes.



VG