Cuando el hombre se disponía a abonar la suma en una cuenta de Western Union, su hijo logró ubicar a la joven que estaba en la casa de una vecina.



Ramón Pérez explicó que el dramático episodio ocurrió el miércoles a las 9.30, cuando recibió un llamado al teléfono fijo de su comercio y un hombre le informó que su hija estaba secuestrada a punta de pistola.



Como pago de rescate los falsos secuestradores pidieron la suma de $10.000. Los delincuentes le hicieron escuchar la voz de una mujer que se hizo pasar por su hija que estaba llorando y le pedía ayuda. Mientras Pérez realizaba las diligencias del pago en el Correo, su hijo llamó a la casa de un vecino para preguntar si su hermana estaba allí. Al confirmar que efectivamente la joven estaba en el lugar, fue entonces que se comunicó con la Policía, que inició la investigación. “Pasé un momento muy jodido, traté de hacer todo lo que me pedían, me tuvieron una hora en el teléfono. Gracias a Dios fue todo un cuento”, dijo Pérez. Otros dos episodios similares se produjeron en la localidad de Goya.



A un hombre de apellido Rojas le exigieron el pago de $3.000 para liberar  a su hijo que estaba secuestrado. Se constató que todo era un engaño. En el otro caso aseguraron tener secuestrada a la suegra de un productor. También era mentira.



L.G