Las palabras del Padre Diego González, engloban parte del pensamiento de una sociedad que se vio consternada por el crimen. Gran cantidad de personas acompañaron a la familia en la despedida al cuerpo de la mujer de 33 años.



Una gran cantidad de personas acompañó a la familia de Tatiana Kolodziey en la despedida del cuerpo de la joven asesinada, en medio del dolor y la consternación durante una mañana soleada que se cargó de cantos de alabanza a Dios, que se mezclaron con la tristeza de la gente que acompañó la misa de cuerpo presente ofrecida en la parroquia Del Carmen en Resistencia.



El Padre Diego González encabezó la ceremonia que contó con amplia participación, al punto de que el espacio físico de la parroquia se vio superado por la cantidad de gente presente que escuchó la misa desde la vereda de la parroquia Del Carmen.



El sacerdote explicó que “Tatiana sufrió una atroz muerte tras una búsqueda angustiada y una provincia que sufrió el dolor que ha repercutido muy fuerte. Es una muerte imprevista y esta persona que ha quitado la vida de Tatiana no tiene perdón de Dios”, aseguró. En ese contexto y antes de las fuertes palabras del evangelizador, en la lectura bíblica ofrecida se recordó la resurrección de Lázaro en el evangelio según San Juan.



Las palabras más resonantes del extracto bíblico para la audiencia fue el momento en el que Jesús habló de la resurrección y la fe: “Dijo Marta a Jesús: Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aun ahora yo sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo concederá. Le dice Jesús: Tu hermano resucitará. Le respondió Marta: Ya sé que resucitará en la resurrección, el último día. Jesús le respondió: Yo soy la resurrección El que cree en mí, aunque muera, vivirá; 26y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás”.



Posterior a esto, el sacerdote explicó a los presentes que “para los cristianos esto no es una despedida, sino la llegada de una hermana que finalizó su peregrinación”. Además, enfatizó el pedido por seguridad para la comunidad y aseguró que a Tatiana no se puede remplazar, pero su caso “da la fortaleza para pelear por una justicia para todos, aportando el esfuerzo social.



Necesitamos más seguridad, salir tranquilos por nuestra ciudad, sacar el miedo de nuestras casas”, remarcó el sacerdote. “Pedimos a los políticos no solo presencia en el dolor, sino que actúen de manera seria en las acciones que son necesarias aplicar.



Esta hermana seguro ya está viviendo la vida eterna, pero los que quedamos pedimos mayor seguridad”, concluyó el Padre González en un claro mensaje a tono con el clamor popular que reclama por mejores medidas de seguridad.



L.G