A más de tres años del salvaje crimen de Ramiro Acevedo, de 17 años, en la localidad de Santa Rosa, se fijó la fecha para el inicio del debate donde se juzgará al único imputado de la causa, Juan Acuña, quien entonces también era menor de edad.



El juicio se llevará a cabo en el Tribunal Oral Penal N°1 de Corrientes, el próximo jueves a las 8.



En comunicación con  Elba Fernández, madre del joven asesinado, manifestó que se encuentran con muchas expectativas. Precisó que en el avance de la causa debieron cambiar de abogado querellante. La doctora Guadalupe de los Santos Josuran reemplazó al abogado  Pablo Mc Cormack, que decidió apartarse del caso caratulado como “Homicidio calificado por alevosía”, un delito que contempla la condena de prisión perpetua.



La madre de la víctima expresó que espera muy ansiosa con el inicio del debate. “Pese a las contradicciones que surgieron en el caso y los obstáculos esperamos que se haga justicia. Con mi marido y mi hija estamos con mucha paz. Tenemos la esperanza de que aunque pasó demasiado tiempo se logre justicia para nuestro hijo”.



“Aún no comprendo por qué lo mataron a Ramiro y de la manera en que intentaron hacerlo desaparecer. Todo indica que debían matarlo sí o sí. Tal vez vio algo no sabemos, pero es la conclusión que sacamos de todo esto”, indicó Fernández.



“Mi hijo era un chico muy amable, él no tenía problemas con nadie. Por eso creemos que lo asesinaron para que no hable. Veremos si Acuña decide hablar en el juicio”, finalizó la madre de Ramiro, el joven que fue hallado muerto y enterrado en la casa de un vecino, luego de estar desaparecido por 11 días.



El homicidio

Todo comenzó el 19 de septiembre de 2009. El joven de 17 años salió de su casa en una motocicleta con destino a la localidad de Tabay, distante unos 17 kilómetros de Santa Rosa, para visitar a su novia.



El 23 de setiembre, en horas de la tarde, un mecánico se comunicó con Martín, padre de Ramiro, indicándole que un joven había llevado a su taller una moto 110 cc con las mismas características que las de  la moto de Ramiro, y que habría reconocido por una reparación que le había realizado. Al tomar conocimiento de esto  el papá del menor desaparecido hasta ese entonces comunicó la novedad a la policía, por lo que se procedió a la demora de Juan Ezequiel Acuña y se le pidió que aclare en qué circunstancias llegó a su poder el rodado perteneciente a Ramiro Acevedo.



En principio Acuña había manifestado que Ramiro le había empeñado la moto con el objetivo de contar con dinero para viajar a Buenos Aires, pero más tarde, una serie de contradicciones y el evidente estado de nerviosismo del demorado lo pusieron en actitud sospechosa por lo que personal policial comenzaron a indagarlo más profundamente, hasta que el 29 de setiembre Acuña terminó por quebrarse y en la madrugada del miércoles 30 confesó haber asesinado a Ramiro Acevedo.



El adolescente, entonces 17 años, que admitió el crimen, comentó que primero le dio de beber veneno mezclado con mate cocido o café. Habría utilizado un plaguicida. Ramiro comenzó a sentirse mal y se habría desvanecido y allí aprovechó para apuñalarlo en el cuello. Posteriormente se ocupó de cubrir el cuerpo con bolsas y arrastrarlo hasta una plantación de maíz, que está a unos 150 metros de la casa del homicida. El cuerpo fue sepultado boca abajo a no más de 15 centímetros de profundidad en un suelo arenoso. Envolvió la cabeza con medias de mujer, que al ser retiradas por los peritos descubrieron el profundo corte en el cuello.