El incidente sucedió, según dichos de los involucrados, por “el amor no correspondido de un chico”, que desató la furia de tres de las chicas contra una sola que no tuvo alternativas para defenderse.

El grupo estaba compuesto además por un varón, también de la misma edad y colegio, que no pudo interceder para separar la encarnizada refriega.

Según la versión de una testigo que caminaba por el lugar, las chicas que vestían uniforme del colegio “salieron a perseguir a la otra jovencita, acusándola que se había robado una moneda de la fuentes de la Virgen Stella Maris”, una versión que por cierto, no tenía mucho asidero para la Policía.

Esto demuestra, una vez más, que más allá de que la sociedad pretenda mirar para otro lado, la violencia que se vive a diario tanto en los hogares como en las calles de la sociedad, inundan el sentimiento de los menores y adolescentes correntinos quienes, ante cualquier inconveniente o altercado –sin importar el sexo- prefieren ir a las manos y agredirse que simplemente hablar. Una capacidad que en los últimos tiempos se perdió por completo en todos los ámbitos, estratos y edades de la sociedad correntina.

Lo que quedó demostrado ayer cuando estas tres jovencitas atacaron con singular violencia a la otra jovencita que estaba sola. “La tiraron al piso y mientras una la tomaba de los pelos, golpeaba su cabeza contra el piso, y las otras dos la pateaban en el estómago y en la espalda”, comentaron los testigos a los medios de comunicación que se acercaron al lugar.

La desigual pelea fue advertida por un policía que se encuentra de consigna en el zoológico capitalino y se vio obligado a intervenir, teniendo en cuenta que la joven que se hallaba en el suelo, estaba bañada en sangre y semi inconsciente, según refirieron fuentes policiales.