El dato fue confirmado por el propietario de la casa, Julio Jorge Palmeyro, quien se encontraba en el lugar cuando se cometió el violento atraco.

El hombre, agrimensor, contó que “me encontraba reposando y cerca de las 15:30 apareció de golpe corriendo un tipo encapuchado con una pistola, me pegó dos o tres culatazos, me maniataron y se dedicaron a robar lo que encontraban. Se movieron por su cuenta, revisaron todo lo que encontraron cerrado y lo abrieron con barretas”.

Prosiguió relatando que “estaba solo con dos chicas del servicio, yo en la parte de arriba en el dormitorio y me llegaron hasta ahí. Fueron muy pocas las palabras que dijeron, las de rigor: ‘Quedate quieto’, ‘te vamos a matar’”.

“Es evidente que tenían un juego de llaves ya que no estaban forzadas las puertas de ingreso. Ahora, no tengo ideas de quiénes sospechar”, manifestó.

“Yo no había sufrido una circunstancia similar, lo que traté fue de tranquilizarlos... lo que agradezco es que no estaban ni mi esposa, nietos e hijos”, sostuvo Palmeyro.

“Yo estaba tapado, boca abajo en el piso, y uno no sabe cuándo se iban a despedir ni cómo ... temí por mi vida”, confesó.

Los delincuentes que ingresaron a la vivienda del agrimensor tenían entre 20 y 30 años. Sustrajeron algunos ahorros de la esposa de Palmeyro (unos 20 mil pesos), alhajas y otros elementos de valor.

“Se llevaron, en total, unos 60 mil pesos y rompieron todo. Los delincuentes estuvieron 30 minutos, y yo tardé 15 para desatarme y procedí posteriormente a desatar a las muchachas”, dijo.

La víctima reflexionó que “no somos conscientes sobre el grado de exposición a la inseguridad al que estamos expuestos. Esta realidad que estamos viviendo nos debe servir para reflexionar profundamente y decir qué hacemos con nuestro país y comunidad y para que en todos los órdenes haya un cambio cualitativo. Que empiece con la infancia, con una igualdad de oportunidades garantizadas, nos llama a reflexionar en orden todas estas cosas. Para que la próxima generación viva otro tipo de realidad”.

El hecho sucedió el martes en el inmueble sito por calle Moreno al 1400, entre calles Catamarca y San Lorenzo.
A ese domicilio, situado a sólo 100 metros a la vuelta de la Dirección de Seguridad Metropolitana, llegaron cuatro sujetos de identidad desconocida que tenían sus rostros cubiertos con pasamontañas y que portaban armas de fuego.

Tras ingresar al inmueble sin ejercer violencia, los malvivientes increparon a dos mujeres que trabajan como empleadas domésticas e inclusive agredieron a una de ellas y al dueño de casa.

Luego los redujeron y maniataron y dos de los maleantes subieron hasta el primer piso y destrozaron un placard que se hallaba dentro de una de las habitaciones. De allí tomaron el botín y luego escaparon, al parecer en un vehículo que les sirvió de apoyo.
Hasta ayer había varias líneas investigativas pero no se registraron detenciones por el ilícito.