A través de los medios de comunicación hemos tomado conocimiento de que el Poder Judicial invertirá una importante cifra dineraria para la construcción de un edificio de cinco pisos destinado al data center ( centro de datos ), una necesidad  indudablemente imperiosa para el funcionamiento de la Justicia. Para esa construcción tiene previsto el llamado a licitación pública que ya está en proceso según indican los medios.
 
Obviamente, que celebramos el avance del desarrollo del Poder Judicial en su afán de dar cumplimiento a su importante rol, pero nos llama poderosamente la atención la omisión de los trámites pertinentes en el ámbito municipal para conseguir las autorizaciones de rigor.
 
Esta situación pone en disparidad de condiciones a los propietarios privados que deben cumplimentar, con buen tino normativo y urbano, una serie de condiciones para llevar adelante cualquier tipo de obra, por menor que ella sea. Si se tratara de una ampliación o una mera remodelación, igualmente se deben dar los pasos administrativos previos para contar con la aprobación de la autoridad en la materia, en este caso el municipio, más aun en el contexto del caos urbano que vivimos en estos tiempos en el área céntrica de la ciudad.
 
Por otro lado, entendemos que esta obra, estaría escapando al concepto de descentralización administrativa y urbana que se pretende con las oficinas públicas en el casco principal de la ciudad, pero especialmente nos preocupa la omisión que, aun de modo involuntario, incurre en una irregularidad que viniendo del ámbito estatal, y del Poder Judicial en particular, preocupa doblemente.
 
Esperamos que este llamado a la reflexión no solo posibilite que este caso puntual  regularice la situación a tiempo, sino que también sirva para reflexionar sobre la importancia, ya no solo jurídica y normativa, sino de orden ejemplificador que significa que los poderes públicos den cumplimiento a las normas que a los privados y particulares se les exige a diario.
 
Si el Estado, nacional, provincial o municipal, de la mano de cualquiera de sus poderes y organismos, no se constituye en el ejemplo que muestre que las normas no están en vano y que su vigencia no es solo para algunos sino para todos, estaremos recorriendo el sendero de una sociedad mas equitativa y capaz de predicar con el ejemplo propio.
 
Finalmente el Consejo, en el área de su incumbencia, evalúa diferentes medidas en relación a los colegas que formando parte de los poderes públicos, no advierten a los organismos involucrados acerca de la significación de dar cumplimiento a las normas vigentes para toda la sociedad.