El Consejo de Ministros del Gobierno italiano aprobó el viernes un paquete de medidas de "seguridad" que permitirá, entre otras cuestiones, expulsar a inmigrantes si, en el plazo de 90 días desde su llegada a Italia, no tienen un salario aceptable y residencia.

El anuncio de la ratificación de estas medidas, realizado en rueda de prensa por el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, provocó burlas por parte de los partidos de la oposición, que ironizaron por el último escándalo que se le atribuye a Il cavaliere por haber llamado a la Policía para ayudar a una inmigrante de 18 años detenida en Milán.

La joven en cuestión, de nacionalidad marroquí y llamada Ruby, habría mantenido relaciones sexuales con el primer ministro italiano en una villa que tiene cerca de Milán antes de ser mayor de edad, hecho que fue rechazado por Berlusconi.

"Dénos en respiro", subrayó, con ironía, el parlamentario Leoluca Orlando, miembro de la formación de oposición Italia de los Valores. Orlando remarcó que Berlusconi se ha quedado "vacío de cualquier calificación moral o credibilidad" para aprobar un paquete de medidas como las ratificadas este viernes, dirigidas a controlar los flujos de inmigración ilegal.

Las denominadas medidas de "seguridad" del gabinete dirigido por Berlusconi que fueron calificadas por grupos de defensa de Derechos Humanos como discriminatorios, permitirá a la Policía expulsar a cualquier inmigrante que ejerza la prostitución en la calle, pero no a aquellos que lo hagan en establecimientos o en lugares privados.

Berlusconi se encuentra inmerso en un escándalo por las supuestas relaciones sexuales que tuvo con una chica marroquí llamada Ruby cuando ella era menor de edad. La joven declaró que le habían pagado por asistir a una fiesta en una villa privada de Berlusconi cerca de Milán, negó haber tenido relaciones sexuales con Berlusconi y aseguró que le había transmitido que tenía 24 años.

Cuando la chica fue recientemente detenida por un hurto menor en Milán, Berlusconi llamó a la comisaría de Policía para pedir que la liberaran, un caso que ha tenido amplia repercusión en los medios de comunicación y en los partidos de oposición.

Berlusconi ya sobrevivió a anteriores escándalos sobre partidos y prostitutas e insistió que permanecerá en funciones hasta que acabe su mandato en 2013, a pesar de ser objetivo de grupos como el de los Obispos Católicos y los grupos de Derechos Humanos.