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Hermanos y gemelos: entre la sana distancia y los cuidados en tiempos de Covid-19

2021-03-04 19:38:29 |A los 86, Marcelo y Luis volvieron a convivir en la pandemia. Se vacunaron juntos y sobre todo quieren "perder el miedo"
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No solo por ser gemelos, Luis y Marcelo Leys se convirtieron en la foto más representativa de este 4 de marzo en que se celebra el Día del Hermano, sino porque, a sus 86 años, fueron juntos a vacunarse contra el coronavirus. Justamente, la fecha busca ir más allá de los lazos sanguíneos y tiene su fundamento en los lazos solidarios de acompañamiento. Así, en los galpones del parque Independencia, protagonizaron la historia del día.

“Siempre mantuvimos una distancia de 16 metros para no pelearnos mucho", dijo Luis, en referencia las posiciones que ocuparon en los años que practicaban juntos el aeromodelismo y hacían volar aviones. Sin embargo, un accidente cerebro vascular (ACV) previo a la llegada del coronavirus obligó al hombre a dejar su casa y fue Marcelo quien le hizo lugar en la suya, junto a su mujer Betty, de 75. Así los encontró marzo de 2020, otra vez conviviendo, y sobre todo cuidándose. Ahora, la vacunación, además de haber sido la primera salida desde hace muchos meses, se transformó en la "chance de poder empezar a perder el miedo", señalaron.

Es inevitable en estos últimos tres días que el ingreso del ex predio de la Sociedad Rural sobre Oroño no fuera casi una celebración constante. Recibir la primera dosis de la vacuna para muchos adultos fue la primera salida en muchos meses y, pese a las dificultades, movilidades reducidas e impedidas, pasos lentos, cuidados rigurosos y ola de mosquitos, todos querían llegar.

Hubo selfies con los nietos, dedos en alto y hasta propuestas. “La próxima vez señora no venga con su hija, usted me acompaña a mí y yo la acompaño a usted", escuchó Beba que le decía un hombre mientras se sacaba la foto con el carné de recién vacunada a poco de cumplir 91 en mayo próximo.

La primera dosis de Covishield que comenzó a darse esta semana a mayores de 90 años primero y continuó con mayores de 80 en estas últimas horas es la expectativa de poder reencontrarse con pares, familiares y amigos, volver a sus actividades recreativas e incluso a sus tratamientos médicos, y a recibir de terceros los cuidados que con los años que llevan vividos, requieren.

Más de dos siglos

“Entre los tres hacemos más de 250 años", dijo Marcelo Leys, entre risas, detrás del barbijo bien colocado. Se refirió a sus propios 86 años, los mismos de su hermano gemelo Luis y los 75 de su esposa Betty, quienes desde el inicio de la pandemia conviven en Pichincha, ese barrio que conocen desde hace décadas y que "ahora parece que es un lugar de pura fiesta", describieron.

Es que Luis vivía en su casa, un segundo piso de escalera, pero el ACV complicó su movilidad y su hermano y su cuñada le dieron “una piecita”, como el mismo contó. Ahí arrancó su rehabilitación y tratamientos para volver a ponerse en pie, lo que más le cuesta, y en esa circunstancias los encontró el aislamiento obligatorio de marzo de 2020.

Los tratamientos de Luis se interrumpieron y Marcelo pasó a ocuparse de todo, junto a su esposa. "Nos organizamos, pero ni la nariz al supermercado he sacado en este tiempo, solo una vez al médico”, contó el hombre y afirmó que Betty, por tener algunos años menos, fue quien con los meses comenzó al salir sola al supermercado de al lado y acompañada de su hija Daniela.

Los hermanos volvieron a convivir. “Como antes de nacer”, expresó Luis, y habló de la saludable distancia que mantuvieron siempre para no pelarse mucho. En el medio siempre estuvieron los recuerdos de cuando juntos practicaban aeromodelismo, hacían volar aviones y llegaron a ser campeones sudamericanos.

"Eran esos aviones que se comandan con línea, entonces entre una y otra línea tiene que haber 16 metros de distancia, así que es imposible llevarse mal y esa fue la manera que encontramos siempre de no pelearnos mucho", dijo el hombre, jubilado como director de escuela.

Marcelo, que fue comerciante, admitió ser “cabeza dura como los de Tauro", pero también señaló que ambos nunca se separaron mucho.

Perder el miedo

Nacieron en Pavón, pero desde los primeros años de vida se instalaron en Rosario y vivieron siempre sobre Güemes, calle que vieron cambiar de sentido de tránsito varias veces, empedrada y cuando el vendedor de lupines pasaba a caballo y con grandes frascos.

Lo cierto es que desde siempre, con menor o mayor distancia, los gemelos se acompañan y lo siguen haciendo. Y este miércoles fueron juntos a buscar su primera dosis de vacuna a la ex Rural, con el principal objetivo de perder el miedo y sobre todo volver a abrazar a sus nietos, los dos de Marcelo y la nieta de Luis.

“Es fundamental perder el miedo, aunque nos sigamos cuidando por un tiempo, porque hemos aprendido a hacerlo, pero la vacuna es la solución y en buena medida lo único que nos va a permitir eso, que el miedo se vaya", dijo Luis.

l.g
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