En la Estación Espacial Internacional se encontraron una pequeña fuga de aire que se convirtió en un gran problema para los astronautas que están en el laboratorio orbital ubicado a unos 400 kilómetros de la superficie terrestre.

El martes, la NASA informó que están tratando de rastrear cuál fue el inconveniente identificado en el Módulo de Servicio Zvezda, la sección que gestiona la agencia rusa Roscosmos. A pesar de haber “cercado” a la falla, la misma aún no fue resuelta.

En septiembre de 2019, la EEI descubrió la falla de aire. En ese momento, la agencia estadounidense informó que la fuga no suponía un peligro inmediato para la tripulación y por ello los estudios se intensificaron recién hace algunas semanas. Desde la NASA compartieron un comunicado: “Se están realizando trabajos adicionales para localizar con precisión la fuente de la fuga. (La misma) fue investigada durante varias semanas y no representa un peligro inmediato”.

Los tres astronautas que se encuentran en la EEI, Chris Cassidy de la agencia estadounidense y los rusos Ivan Vagner y Anatoly Ivanishin, fueron los encargados de cercar la zona de conflicto con un detector de ultrasonido en el segmento ruso del laboratorio orbital.

En el comienzo de la investigación encontraron que la fuga habría aumentado. Aunque luego atribuyeron ese incremento a “un cambio temporal de temperatura dentro de la estación” indicando que la tasa de filtraciones se mantuvo sin cambios desde entonces.

Los funcionarios de la NASA remarcaron que los astronautas se encuentran en óptimas condiciones. Incluso, informaron que reanudaron las actividades normales en aquel paraje que orbita la Tierra.

La EEI no es un espacio 100% hermético, sino que pierde asiduamente pequeñas cantidades de gas y se presuriza en forma regular con tanques de nitrógeno que llegan en cápsulas que se envían desde la Tierra con diversos suministros.

l.g