Un muchacho de 16 años habría sido el autor del asesinato a disparos de un ladrón, cometido en defensa propia, según se estima. El malviviente junto a un cómplice ingresó a la casa del adolescente. Ambos atacaron al padre del joven, quien aparentemente intentó defenderlo, tras lo cual agarró el arma del progenitor y mató a uno de los malvivientes. Mientras que el otro ladrón huyó.

El fallecido en el episodio fue Daniel Humberto Talavera, un hombre considerado “peso pesado” en el mundo criminal, y con un amplio historia delictivo.

Si bien el hecho se produjo cerca de la localidad de Santa Ana, la investigación está siendo llevada en territorio capitalino, por lo que las primeras averiguaciones estuvieron a cargo de la comisaría Décimo Sexta.

El informe emitido desde la seccional, dio cuenta de que a la vivienda de los damnificados por robo llegaron dos motochorros, en horas de la tarde-noche. La casa en cuestión está en inmediaciones a la Ruta Provincial Nº43.

Al bajar de la motocicleta, los malvivientes fueron recibidos por el propietario de la casa, el gendarme, quien en un principio pensó que eran albañiles que estaba esperando.

Al acercarse, el agente federal mantuvo un forcejeo con los ladrones ya que se dio cuenta de que se trataba de un engaño. Se desconoce si en ese momento el uniformado portaba su arma, aunque si se supo que uno de los ladrones habría estado armado.

Lo cierto es que en medio de la pelea del gendarme con los malvivientes, uno de ellos lo hirió en la cabeza de un culatazo, lo que prácticamente sacó de combate al hombre. Tras ello, el adolescente disparó contra los ladrones y mató a uno.

Así es que Talavera finalizó su vida: tirado sobre un charco de sangre, teniendo consigo un casco de moto que utilizó para cubrir su rostro.

Con respecto al otro ladrón se encuentra prófugo. Fueron pocos los datos que se conocieron con respecto a este malviviente.

En la casa se secuestraron dos pistolas, una de 9 milímetros y otra de 22, y un rifle aire comprimido.

Si bien se está investigando todo, se cree que la pistola calibre 9 fue la usada para ultimar a Talavera, en tanto la otra era la que el delincuente portaba al momento de entrar a la vivienda.

Asimismo una fuente extraoficial sostuvo que otra hipótesis del caso es que el muchacho se quiso ocultar, fue perseguido por los malvivientes y ahí se produjo el disparo. Más allá de esto hasta el momento no se puso en duda que haya ocurrido un caso de legítima defensa, por lo que por ahora no hay imputaciones. Debe señalarse que aunque la hubiera, al tratarse de un adolescente, este tampoco podría ser detenido por tratarse de un menor.

Vida criminal

Daniel Humberto Talavera, más conocido como “Dany”, tenía un prontuario delictivo sumamente amplio, desde estar implicado en robos y arrebatos, como su constante enfrentamiento con la Policía, hasta los hechos ocurrido en los últimos dos años, en los que la muerte le andaba a la vuelta. Irónicamente hijos de policía, tanto a él como algunos de sus hermanos, se los tenía “fichado” en el grueso libro de prontuarios.

Su historial criminal, o al menos desde que las páginas policiales comenzaron a contar sobre él, iniciaron a contarse allá por el 2008, en septiembre más precisamente, cuando resultó demorado por la Policía, luego de escapar de un control policial en la zona céntrica y en su fuga atropelló a un niño de 11 años que debió ser hospitalizado con heridas graves en el Pediátrico Juan Pablo II.

Su escape llegó hasta las calles Blas Parera y Necochea del barrio San Martín, cuando varios móviles le cerraron el paso mientras viajaba a toda velocidad en su moto Honda Wave de 110 cc. Eso le valió una detención y el inicio de otra causa judicial.

Tres meses después, en diciembre de 2008, ya estaba en la calle otra vez causando problemas, en inmediaciones de avenida Colón y calle Lisandro Segovia, muy cerca de su casa, cuando tres efectivos de la Dirección de Investigación de Delitos Complejos intentaron identificarlo cuando “Dany” estaba dentro de un automóvil Fiat Uno de color blanco y vidrios polarizados. A los policías les resultó sospechoso y lejos de prestarse al procedimiento, se encerró en el vehículo y comenzó a golpearse la cabeza contra el parabrisas, además de provocarse varios cortes en el brazo.

Cuando lograron extraerlos del vehículo, ofreció una fuerte resistencia, a tal punto que uno de los policías resultó herido en la maniobra, por lo que se ganó otra causa más por “atentado, resistencia a la autoridad y lesiones”.

Tres meses más adelante, el 5 de marzo de 2009 y otra vez en el mismo automóvil Fiat Uno, intentó evitar un control policial, ubicado a pocas cuadras de su casa en el barrio Pío X y en su fuga, chocó a uno de los patrulleros, terminando otra vez arrestado y con causa judicial.

El 22 de junio de 2009, cerca de las 20:30, una mujer que circulaba por inmediaciones de la Plaza Libertad, advirtió la presencia de dos sujetos que a bordo de una motocicleta la estaban siguiendo, situación que también había advertido un policía de civil en la zona, quien al intentar identificarlos, provocó la veloz fuga de ambos sujetos. Aquel día había llovido tanto horas antes, que la moto terminó resbalando dentro de la misma plaza. Daniel Talavera fue detenido en el lugar, mientras que su cómplice logró darse a la fuga.

En noviembre de ese mismo año, se presentó espontáneamente ante la Policía, luego de que se lo buscara intensamente por su presunta vinculación en un fatídico arrebato, que se cobró la vida de una anciana, hecho ocurrido en la noche del 7 de octubre, en la esquina de avenida El Maestro y Cosquín, en el complejo conocido como las Mil Viviendas. De ese hecho fue víctima Julia Villanueva de 67 años, quien cayó contra el asfalto al sufrir el tironeo de su bolso y su cabeza golpeó pesadamente el asfalto.

Tras cinco días de agonía murió en el nosocomio en el que estaba internada. Por este hecho estuvo 11 meses preso pero la jueza Agrasso dictó la falta de mérito y ordenó su liberación, al no haber mayores pruebas en su contra.

En agosto de 2013, “Dany” Talavera y uno de sus hermanos, por aquel entonces de 25 y 20 años respectivamente, fueron demorados por un control de la División Investigación Criminal, en inmediaciones de la avenida Cazadores Correntinos y Tacuarí. Los policías comprobaron allí que los dos demorados tenían pedidos de captura activos. Sobre el mayor pesaban tres solicitudes de la Justicia, mientas que para su hermano dos eran las causas que requerían su detención.

La detención de los Talavera se debió principalmente a un hecho grave ocurrido un mes antes, el 28 de julio por la tarde, cuando los hermanos dispararon contra un uniformado en el barrio Quilmes. Ambos fueron detenidos por ese hecho y circulaban en un automóvil Volkswagen Fox, de color oscuro, que tenía pedido de secuestro.

El último de los hechos en los que se vio involucrado “Dany” Talavera sucedió el 26 de agosto de 2019, en un tiroteo con la Policía, luego de que los descubrieran intentando ingresar a un domicilio en el barrio San Martín. Tras una breve persecución y posterior tiroteo, que terminó en calle Madariaga entre JR Vidal y calle Pío X, donde murió Jorge “Pity” Vargas, mientras que Talavera y un sujeto de apellido Cuenca -herido en el enfrentamiento- fueron detenidos, logrando darse a la fuga un sujeto de apellido Duarte. Todos con frondosos prontuario.

En el mes de julio “Dany”, perdió a su hermano Rodolfo alias “Ofito”, tras ser asesinado de tres balazos, producto de una pelea por cuestiones familiares. Este fue el presagio del trágico final del mayor de los Talavera, antes de morir el martes.

l.g