“Todavía no me aceptan la renuncia y tengo directivas de la Ministra de Seguridad de continuar en mi cargo a la espera de definiciones”, arrancó diciendo Fernando Romero, Jefe de la Policía de la provincia de Chaco.

La dimisión de la cúpula se debe al desplazamiento de los cuatro policías imputados en el violento allanamiento en el domicilio de una familia qom en Fontana. Si bien la justicia resolvió la libertad de los mismos, Romero indicó que los efectivos debían regresar a sus puestos de manera inmediata.

“Respecto de la causa judicial, los funcionarios policiales estuvieron detenidos casi dos meses. La situación legal cambia la semana pasada cuando recuperan la libertad y al recuperar la libertad, tenemos que reintegrarlos a la fuerza”, explicó el Jefe de la Policía.

“Le indiqué a la ministra que hay que reintegrarlos y que no teníamos sustento legal para no hacerlo. Realicé los trámites y en la mañana de ayer llevé personalmente el pedido y la Ministra me indica que por directivas del Ejecutivo provincial esos cuatro efectivos no podrían ser reintegrados”.

“Me quieren endilgar en situaciones como que la policía del Chaco avala torturadores y que somos violadores de derechos humanos. Sé de la repercusión nacional e internacional que tuvo este suceso y es netamente repudiable; pedí perdón a la familia damnificada y hoy toca reintegrarlos a la fuerza por una cuestión legal”, prosiguió.

“No estoy de acuerdo con la postura del poder ejecutivo. Mi dimisión  no es indeclinable pero si esto no ocurre, no estoy en condiciones morales de seguir en la conducción de la fuerza cuando sé que el reclamo es justo y me ampara la ley”.

“Tengo que responder por los 7 mil efectivos que tiene la Policía de Chaco, la ley me da la derecha, independientemente de la causa judicial”, agregó a este medio.

l.g