Con el objetivo de brindar soporte y herramientas para afrontar la situación actual de aislamiento social que viven los argentinos y, así, fortalecer la capacidad de resiliencia de las personas, Infobae, Facebook, Instagram, Fundación INECO y UNICEF se unieron para presentar la campaña En Casa con Salud, una iniciativa para promover el bienestar emocional durante la cuarentena que afecta a millones de personas por la pandemia del COVID-19.

En esta sexta entrega, recomendamos una serie de medidas que nacen de la solidaridad que podrían hacer más tolerable al aislamiento.

Para la doctora en Neurociencias, directora de Neuropsicología de INECO y presidenta de Fundación INECO, Teresa Torralva, “la adolescencia es un periodo lleno de riesgos y de oportunidades. Los jóvenes atraviesan por un proceso cerebral particular en el que existe una suerte de desbalance entre áreas del cerebro relacionadas con las emociones, híper desarrolladas lo que los impulsa a la búsqueda de nuevas sensaciones y a la vez una inmadurez de la corteza prefrontal, área relacionada con el control de los impulsos, la evaluación de riesgos, la planificación, organización y la empatía”.

“Sin embargo, diversos estudios demuestran la importancia del desarrollo de conductas prosociales durante este periodo. A medida que cerebro madura y se conecta más fuertemente entre sí, se va logrando una mayor sintonía que determina una conducta más integrada”.

Para la experta, “las Investigaciones sugieren que los adolescentes que dedican tiempo a ayudar a otros desarrollan niveles más altos de autoestima, empatía y de toma de perspectiva (ponerse en el lugar del otro). Esto se relacionaría con qué comportamientos desinteresados y serviciales hacia los otros son particularmente valiosos para la formación de la identidad. Estos comportamientos llamados “prosociales” (como ayudar, compartir, acompañar y consolar) son especialmente beneficiosos cuando se exhiben hacia extraños”. Desde las neurociencias existe evidencia que demuestra que estas conductas prosociales promueven el desarrollo de áreas prefrontales mediales y activan los llamados circuitos de recompensa relacionados con la sensación del bienestar. Brindar apoyo a los demás proporciona tanta o quizás más recompensa a quien lo da que a quien lo recibe.

Algunos investigadores reportan que cuando el “ ayudar al otro” se convierte en una parte habitual del comportamiento de los jóvenes, es probable que esta característica pase a formar parte de su “identidad moral” y de esta forma se convierta en parte de su identidad general a largo plazo. Por otro lado, pensar en el otro obliga a los jóvenes a salir de pensamiento egocéntrico característico de esta etapa de la vida.

Según Teresa Torralva, “La adolescencia es un período complejo. Es la época de la vida en la que se buscan nuevas experiencias, se toman riesgos y en el que la proximidad con los pares tiene una importancia fundamental. Es un tiempo de plasticidad cerebral extendida que, de acuerdo a la experiencia, permitirá desarrollar mecanismos de autorregulación adecuados”.

“El desafío consiste en aprovechar la oportunidad, brindándoles a los adolescentes nuevas experiencias y responsabilidades que estimulen el desarrollo cerebral, al tiempo que limitar su exposición a situaciones y sustancias que amenazan su salud, mientras que su autocontrol es inmaduro. Este desafío se hace presente más que nunca en tiempos de pandemia. No deberemos intentar cambiar a los adolescentes en algo que no son sino adecuar el contexto para promover un desarrollo saludable en situaciones tan adversas. Esta campaña es una contribución para dicha tarea”, agregó la experta en neurociencias.