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El pico temido llegará a la región con dos meses de encierro argentino y la economía en el piso

2020-05-22 11:27:06 |A diferencia de otros países, donde la tormenta del coronavirus dejó una crisis económica como secuela, aquí el pico de la pandemia llega con la crisis ya desatada. Brasil se encamina a ser el país con más contagios por día.
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Como si fuera el recorrido de esos huracanes que siguen los noticieros en Estados Unidos, el ojo de la pandemia del coronavirus encadenó un vertiginoso recorrido por Asia, Europa y América del Norte y en los últimos días, según marcan las estadísticas, viró hacia América del Sur. Brasil está a punto de convertirse en el país en todo el mundo con más casos nuevos de contagio por día y el fin de semana desplazará a Rusia del segundo lugar de la tabla mundial de casos totales. La curva del crecimiento de contagios está completamente empinada y lo mismo ocurre en Perú y Chile.

Ese dibujo de la curva también se repite en la Argentina, a pesar de que aquí la situación sanitaria es mucho más aliviada que la que se ve en esos otros países, porque la cantidad total de enfermos es sensiblemente menor. Esa es la buena noticia, a la que hay que agregar que luego de varias semanas de preparativos, el sistema de salud local está mucho más sólido que en los países que optaron por dejar crecer la emergencia.

Una prueba de que el panorama está más aliviado en la Argentina se puede ver, por ejemplo, en Misiones. En esa provincia, el 90% por ciento de sus límites exteriores es frontera internacional. Hacia el sudoeste, solamente dos rutas -la 12 y la 14- la conectan con Corrientes. En el resto de los puntos cardinales están Paraguay y Brasil, en una inmensa frontera que combina centenares de kilómetros de límites secos con pasos a través de puentes, cruces en balsas o -cuando la sequía baja el nivel de los ríos, como ocurre ahora- tramos fluviales que se pueden pasar caminando.

En las ciudades y pueblos brasileños que rodean a Misiones hay unos 15.000 contagiados de COVD-19, pero de este lado de la frontera ya van 16 días sin casos informados. El gobernador, Oscar Herrera Ahuad, sigue con más atención lo que pasa en sus vecinos internacionales que lo que ocurre en la Argentina. Los datos le llegan directamente desde la sala de situación que armaron Misiones, el gobierno paraguayo y los tres estados del sur brasileño que tienen límites con la Argentina: Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul. El más complicado de ellos es Santa Catarina, donde en un solo día se informan la mitad de los casos totales que tiene la Argentina.

La mala noticia es que ese huracán llega cuando la Argentina lleva más de dos meses de encierro y sufre una crisis económica que en las últimas semanas agudizó el panorama desolador que ya existía luego de diez años de recesión casi ininterrumpidos.

Es cierto que la cuarentena realmente existente es muy diferente que la que surge de los decretos y resoluciones oficiales. En esa cuarentena blue, desde hace semanas se puede ver gente paseando para buscar un poco de oxígeno y locales de rubros no permitidos que abren sus puertas con mayor o menor disimulo.

Pero esos grises se terminan cuando las cifras de la actividad económica vuelven a poner las cosas en negro sobre blanco. Sólo diez días de distanciamiento social obligatorio en marzo alcanzaron para derrumbar la actividad en un 11,5%. Con un mes completo en abril se puede esperar directamente un agujero negro y otro tanto con los números de mayo, a pesar de que las aperturas en el interior pueden empezar a menguar esa caída.

El problema para el futuro próximo es que, por más que reabran los comercios y las fábricas en la Ciudad y el conurbano, muy poca gente se decidirá a comprar cualquier cosa que exceda su lista personal de bienes y servicios esenciales. Sólo la emisión y el reparto de dinero que implementó el Gobierno para contener la desesperación funcionarán como combustible para mover algunos de los engranajes del mercado interno.

La proliferación de contagios en el principal socio comercial de la Argentina no hace más que oscurecer ese paisaje. Este miércoles, por ejemplo, desde Brasil entraron a la Argentina 508 camiones con mercaderías y salieron 428, dos cifras mucho más bajas que las de las épocas normales. Ese mismo día cruzaron la cordillera hacia Chile 539 camiones y llegaron 666, otro intercambio muy bajo que habla de la caída del comercio con otro de los principales clientes y proveedores de la Argentina.

l.g
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