La prueba fue exigente, pero el seleccionado de la Argentinatuvo clara la misión y dio un nuevo paso exitoso en la Copa del Mundo de China 2019. En la apertura de la segunda jornada de Grupo B, el equipo de Sergio Hernández sacó del camino a Nigeria, un equipo africano con bases estadounidenses y con jugadores que actúan en la NBA. La victoria por 94-81 resultó una demostración de inteligencia y carácter.

El encuentro tuvo un condimento especial para ambos, ya que, con el triunfo, el conjunto nacional tiene casi un pie en la segunda etapa de la competencia que se desarrollará en Foshan. Para Nigeria, que cayó en la primera fecha ante Rusia, fue un golpe prácticamente final en esta competencia.

Un arranque sólido y eligiendo buenas opciones para la Argentina. Trató de cortarle el ritmo a Nigeria que intentó correr desde que comenzó el encuentro. Una defensa consistente y con buena ayuda le permitió al equipo de Sergio Hernández dominar el desarrollo. Incluso llegó a establecer una diferencia de 12 puntos (26-14). Patricio Garino y Nicolás Brussino fueron importantes en el comienzo con 7 puntos cada uno, en un primer cuarto que terminó 28-17 para la Argentina.

El segundo período comenzó con una postura diferente de Nigeria, ya que supo cómo aprovechar cada ataque rápido y la Argentina dejó de estar fino en la ofensiva. Con un parcial de 7-0 el equipo nigeriano se puso en juego y obligó al conjunto nacional a cortar la levantada rival bajando la intensidad de cada avance. Cortó Vildoza con un doble (26-32), pero los nigerianos tomaron el control y le marcaron otra corrida 10-0 (36-32). La efectividad de tres puntos de la Argentina no ayudó a sostener la ofensiva (5-17). Sin embargo, el cierre del primer tiempo le permitió irse al descanso empatado: 43-43.

El tercer cuarto fue golpe por golpe. Encontró soluciones con Laprovittola que estuvo efectivo y tomó confianza, pero complicó su rotación con una serie de determinaciones cuestionables de los árbitros y que pusieron a Deck con cuatro faltas en el tercer cuarto. Cuatro triples de la Argentina (Garino, Campazzo y Laprovittola) le devolvieron dominio en el marcador. Mejoró el equipo nacional su concentración defensiva con Garino como estandarte, permitió menos salidas rápidas de los africanos y se notó más cómodo al equipo de Hernández con dos bases manejando los tiempos del partido. Una tarea casi ideal que permitió retomar el control en el marcador: 72-61.

El último cuarto resultó una demostración de temple del conjunto nacional que sostuvo el ritmo defensivo y supo seleccionar las mejores opciones para atacar el aro. Estableció la máxima distancia con 14 puntos (82-68). Luis Scola marcó el camino con 23 puntos (se convirtió en el segundo goleador histórico en los mundiales) y estuvo sólido debajo de los tableros con 10 rebotes. El equipo supo cómo cerrar el partido, porque Nigeria intentó una remontada, por eso Hernández dispuso tres bases (Campazzo, Laprovittola y Vildoza). Incluso, en el cierre, dos triples justamente de uno de ellos, Campazzo, terminó por cerrar el 94-81 final.

Una presentación que corrió los interrogantes y que le dio a la Argentina un aire que le permite pensar casi en su pasaje hasta Foshan, sin tener que sufrir en la última fecha con Rusia.

l.g