El mexicano Antonio Margarito sufrió la fractura de un hueso orbital en el ojo derecho como consecuencia del castigo brutal que recibió durante la pelea por el título del peso superwelter del CMB, que disputó contra el filipino Manny Pacquiao.

La lesión, junto con el resto de los cortes que sufrió Margarito en su cara, lo obligarán a pasar por el quirófano, mañana. El mexicano, de 32 años, se encuentra internado en un hospital local del área de Dallas desde la noche del sábado.

Aunque Margarito hizo algunas declaraciones al concluir la pelea, que perdió por decisión unánime (120-108, 118-110 y 119-109), los doctores recomendaron que fuese ingresado en un hospital para su observación y posteriormente descubrieron sus graves lesiones.

El peor castigo lo recibió a partir del noveno asalto, y en el undécimo el propio Pacquiao le dijo varias veces al árbitro de la pelea, Laurence Cole, que la detuviese ante el mal estado físico en el que se encontraba Margarito, con el ojo derecho completamente cerrado y el izquierdo casi sin visión.

"Le dije al árbitro que mirase como tenía los ojos y sus cortes", declaró Pacquiao en la rueda de prensa posterior a la pelea. "No deseaba hacerle un daño permanente. Eso no es el deporte del boxeo", comentó el campeón.

Pero la pelea continuó hasta el final, a pesar que Margarito no tenía ninguna opción de ganarla al haber perdido todos los asaltos anteriores.

El entrenador de Pacquiao, Freddie Roach, declaró: "Es un peleador muy duro. No me sorprendió su valentía, pero tiene la peor esquina en el mundo del boxeo, porque probablemente han arruinado su carrera".

Los doctores descubrieron la fractura en la cuenca del ojo derecho y no le permitieron que saliese del centro médico. Margarito no pudo acudir a la posterior rueda de prensa que siempre se da tras las grandes peleas y sí acudió su preparador Robert García, que se defendió de la decisión de no mandar parar la pelea: "Pacquiao hizo una gran pelea, es muy, muy rápido y Margarito nunca hubiese permitido que yo pidiese parar la pelea"..

"No había ninguna posibilidad de retirarme. Soy un mexicano y nosotros peleamos siempre hasta el final", fue lo único que alcanzó decir Margarito antes de partir rumbo al hospital.