Van dos años y el arco de Boca se mantiene invicto . Y no es porque los rivales no le conviertan. Todo lo contrario.

El cero es porque no encuentra un arquero confiable.

Pasan intérpretes con experiencia, pero ninguno se afirma y todos cierran sus ciclos con culebrones repletos de tensión. Ahora parece que se acabó la historia en Boca de Cristian Lucchetti, con una trama secreta compuesta por una decena de postales sin desperdicio.

Capítulo 1: errores.

En la última fecha, Lucchetti cometió un grave error en el segundo gol de Argentinos y no había respondido con solvencia total en el primero.

Capítulo 2: semblanteo.

Aunque no le transmitía seguridad, Borghi nunca pensó en excluir a Lucchetti, más allá de los rumores periodísticos que aseguraban que el DT lo sacaría. Fiel a su singular manual, el técnico no iba a quitarle la titularidad después de una pobre producción. Sin embargo, quería evaluar el estado de ánimo del arquero durante la semana. Eso había dicho Borghi en la intimidad. Y no se apartó de su libreto.

Capítulo 3: señal.

El viernes, en la primera de práctica de fútbol, en Los Cardales, incluyó a Lucchetti como parte de la defensa titular.

Capítulo 4: confirmación.

El sábado a la tardecita, antes de parar la formación superclásica en la Bombonera, Borghi lo llamó a Lucchetti y se originó este diálogo: --Borghi: “¿Cómo te sentís? ¿Estás bien para atajar? Decime la verdad porque si te va mal a vos nos cortan los huevos (sic) a los dos”.

--Lucchetti: “Sí, estoy bien”.

--Borghi: “El martes atajás vos”.

Capítulo 5: razón y bronca.

Aunque no lo había notado seguro a Lucchetti, con su ok, Borghi llamó a Javier García, quien había declarado en los días previos ilusionado por la prensa con su posible presencia ante River. Ahí el Bichi le dijo : “Mirá Javier, va a seguir Lucchetti. Si lo saco, lo mato. Este puesto es distinto al de los jugadores de campo. Y no hay vuelta atrás. Entendé la decisión y tratá de ponerte en su lugar y en el mío. Esta es la decisión más justa para todos”.

Lo aceptó García, pero no le gustó nada. Es más, en la práctica posterior se lo notó híper fastidioso.

Capítulo 6: reconfirmación.

En el ensayo siguiente a las charlas con los arqueros, Borghi puso a Lucchetti para los titulares y a García para los suplentes.

Capítulo 7: duda.

Tras el entrenamiento, Lucchetti se acercó a Carlos San Martín, entrenador de arqueros, y le dijo: “No puede ser. Al final no sé si me tienen confianza o no. Así no puedo estar”.

Capítulo 8: testigo.

San Martín le comentó el episodio a Borghi. Ahí el técnico convocó a su vestuario al arquero y a otro jugador de testigo, al capitán Palermo.

Capítulo 9: adiós.

Vestuario del DT, con el 9 como tercero: --Borghi: “¿Por qué le dijiste a San Martín que tenías dudas?”.

--Lucchetti: “Porque un periodista me aseguró que me ibas a sacar”.

--Borghi: “Lucchetti, vos que tenés 32 años y un montón de tiempo en Primera, ¿a quién le creés: al periodista o a mí?”.

--Lucchetti: “A los dos”.

--Borghi: “Si no me creés, conmigo no atajás más ni concentrás”.

Capítulo 10: futuro.

Tras esa charla súper caliente, no habrá más Lucchetti en Boca mientras el técnico sea Borghi. El arquero, con apenas trece partidos y ninguna flor en el club, estaba ayer más que golpeado. El entrenador, al revés: por su forma de manejarse, se sentía muy tranquilo.